En los últimos años, la carne de pavo viene siendo consumida por más personas debido a su aporte nutricional y agradable sabor. Su composición nutricional está conformada por un alto aporte de proteínas y bajo contenido de grasa, por lo que es muy consumida por aquellas personas que buscan reducir su porcentaje de grasa corporal o necesitan aumentar su ingesta de proteínas. Por ello, en el siguiente artículo explicaremos las propiedades nutricionales de la carne de pavo.
Como mencionamos, el pavo es una de las carnes blancas con un bajo aporte de grasa, ya que posee alrededor de 2,2% por cada 100 gramos de carne cruda, de los cuales solo el 0.44% es grasa saturada, si lo comparamos con el pollo tiene alrededor de 9.7% de grasa y 2.63% de grasa saturada. Este bajo aporte de grasa la convierte en una carne magra ideal para ser incluida en planes de alimentación de adelgazamiento, control de los niveles de colesterol o hígado graso.
Asimismo, el pavo tiene un bajo aporte de colesterol comparado con otras carnes, puesto que un filete de pechuga de pavo sin piel contiene 62mg de colesterol, mientras que el pollo contiene 64mg y un filete de cerdo 80mg en 100 gramos de alimento crudo. Debido a esto, las personas con enfermedades cardiovasculares o que tiene predisposición a sufrirlas deberían incluirlas dentro de su plan de alimentación semanal.
Por otro lado, la carne de pavo destaca por su aporte de vitaminas y minerales, siendo las principales vitaminas las del complejo B, destacándose la niacina o B3, que contribuye en convertir los alimentos que consumimos en energía; también, es rico en vitamina B6 y B12, por tanto su consumo es ideal para personas físicamente activas, deportistas y estudiantes. En cuanto a los minerales destacan el magnesio, zinc, potasio, fósforo y selenio, siendo de gran utilidad su consumo en adultos mayores y gestantes por la importancia de estos minerales en estas etapas de vida.
Debemos tener en cuenta que los embutidos en base a pavo como los hot dog o jamonada no son del todo saludables pues en muchos casos contienen féculas o almidones, los cuales son harinas refinadas que se usan para disminuir el costo del producto, ya que retienen agua y aumentan el peso del embutido; además, poseen un alto aporte de sodio, aditivos, proteínas de origen vegetal, leche en polvo y grasas, por lo que su aporte proteico se encuentra disminuido.
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Finalmente, recordemos que la carne de pavo es un gran alimento que debemos incluir dentro de nuestro menú semanal por sus propiedades nutricionales y por su versatilidad en la cocina debido a su agradable sabor, por lo que lo podemos prepararlo de diferentes maneras como al horno, salteado con vegetales, guisos, hamburguesas, albóndigas, entre otras preparaciones.
Carmen Henderson
Nutricionista de Libera
CNP: 5381
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