Algunos motivos de consulta pueden ser:

• Bajo rendimiento académico.
• Problemas de conducta.
• Problemas emocionales.
• Cuando el rendimiento del niño o adolescente se observa por debajo o por encima de lo esperado para su edad.
• Como pre- requisito para ingreso a una institución escolar.
• Cuando lo recomienda otro especialista, como pediatra, psiquiatra, psicólogo, neurólogo, docentes u otros.

• Evaluar el funcionamiento actual del niño o adolescente en diferentes áreas en función a lo que se espera para su edad.
• Identificar posibles focos de conflicto o de dificultad.
• Determinar elementos que dan origen, mantienen o agudizan la problemática actual.
• Identificar los recursos con los que cuenta el evaluado para manejar y afrontar su problemática actual.
• Elaborar recomendaciones para los involucrados (evaluado, familiares, maestros y otras personas cercanas al mismo).

• Área cognitiva:conocer el nivel de funcionamiento intelectual del menor por medio de la exploración de sus habilidades, capacidades y destrezas. Así mismo, se pone atención a la presencia indicadores de organicidad, esto es, de alteraciones funcionales o estructurales neuronales que puedan originar cambios en la conducta del evaluado.
• Área emocional:conocer cómo el niño o adolescente identifica, maneja y expresa sus emociones, identificar principales focos de preocupación o malestar, cómo se siente el evaluado consigo mismo y con el medio que le rodea, explorando variables como el autoconcepto, autoestima y los afectos. Así mismo, se busca identificar ciertos rasgos o patrones de conducta que predominan en el evaluado y que pueden estar relacionados a la problemática.
• Área social:se busca conocer el modo en que el niño o adolescente se relaciona con su entorno más próximo, como lo son sus familiares, maestros, compañeros, amigos y otras personas de la comunidad, identificar sus habilidades sociales, los tipos de vínculos interpersonales que establece, cómo se siente con los mismos, entre otros.

La evaluación integral consta de 7 sesiones de 50 minutos cada una, divididas en:

6 sesiones evaluativas

• En la primera sesión se realiza una entrevista exclusivamente con los padres, en donde se busca obtener información relevante sobre los diferentes aspectos del desarrollo del evaluado.
• En las sesiones siguientes se evalúa al menor, a través de la administración de pruebas y aplicación de técnicas psicológicas que ayudan a ampliar la información y corroborar los datos obtenidos previamente con los familiares.

1 sesión de entrega de informe

• En la última sesión se hace entrega de un informe en donde se describen los resultados obtenidos y se brindan recomendaciones para el caso.

En algunos casos, ya sea porque la condición física y/o mental del individuo podría interferir con el normal desarrollo de la evaluación, o ya sea porque actualmente en Libera no contamos con los métodos o instrumentos necesarios para evaluar ciertas condiciones, no se considera pertinente realizar esta evaluación en casos como los siguientes:

• Discapacidades físicas (visual, auditiva, motriz, etc.).
• Trastornos del neurodesarrollo de grado moderado a severo(por ej. Trastornos del Espectro Autista, Trastornos de Lenguaje, etc.).
• Presencia de síntomas psicóticos agudos.
• Cuando el malestar emocional es tan significativo que el menor no muestra disposición a realizar las actividades, por lo que es necesario ofrecer un espacio de escucha y contención terapéutica antes de iniciar un proceso evaluativo.

Cuando el evaluado presenta algún malestar físico (por ej. fiebre, gripe, dolor de garganta, etc.), es importante reprogramar la cita ya que ese día el menor no podrá mostrar plenamente sus capacidades y la evaluación perdería validez.