La gastroenteritis infantil es una inflamación del estómago y los intestinos caracterizada sobre todo por la diarrea, aunque puede ir acompañada de vómitos, fiebre, dolor abdominal (retortijones) y escalofríos. Esta enfermedad empieza de forma brusca y su duración es variable: en los niños más pequeños puede durar hasta dos semanas, aunque suele curarse sin tratamiento en unos días.

Principales consecuencias de la gastroenteritis infantil

La consecuencia que más preocupa es la deshidratación del bebé o del niño; en especial si los pequeños no ingieren suficientes líquidos como para contrarrestar las pérdidas debidas a los vómitos y las diarreas. Por este motivo, los especialistas insisten en extremar las medidas higiénicas, tanto del pequeño como de los adultos. La gastroenteris infantil más grave es la generada por la infección del rotavirus. Para prevenirla, la mejor estrategia es la vacunación.

En el Perú es muy frecuente en edad infantil, sobre todo en menores de cinco años, y representa un valor alto con respecto al riesgo de mortalidad si son menores de 1 año. También es responsable, sin embargo, de muchos ingresos hospitalarios infantiles.

¿Cómo prevenir la gastroenteritis infantil?

En la mayoría de los casos, la gastroenteritis aguda infantil está causada por una infección, que puede ser por causa de un virus (la más frecuente), bacteria o, de forma muy excepcional, por un parásito intestinal. Otras causas son la ingesta de alimentos en mal estado u otras enfermedades, como las infecciones de orina o una otitis (inflamación del oído). Uno de los problemas de esta infección es su facilidad de propagación, ya que se trasmite de una persona a otra por contacto
con las heces.

Lavado de manos:

Por este motivo, los especialistas insisten en la importancia de las medidas de higiene, entre la que es clave el lavado de manos. Está demostrado que esta es la medida más barata, eficaz y sencilla para la prevención de las infecciones, como el resfriado, la gripe, la hepatitis A y la diarrea infecciosa.

Lavarse las manos antes de poner la mesa, comer (aunque sea un bocadillo), preparar o tocar algún alimento o utensilio de cocina. Y por supuesto, siempre después de ir al baño; limpiar a los niños o manipular pañales; estornudar, toser y sonarse; estar con un enfermo; jugar al aire libre; al volver a casa; y jugar con la mascota.

Tratamiento de la gastroenteritis infantil

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, el tratamiento para la gastroenteritis infantil se basa en tres puntos:

Hidratación:

Por las constantes pérdidas de líquido es necesario que el niño este hidratado. Lo ideal es que sea a menudo y en cantidades pequeñas para prevenir el vómito. Cuando los niños son muy pequeños, el agua puede que no sea suficiente para compensar la pérdida de sales y electrolitos, por lo que hay que darles una solución rehidratante (suero).

Evitar los medicamentos:

En este caso los medicamentos para las náuseas y los vómitos solo alivian el síntoma, pero no curan, y poseen efectos secundarios para los niños. Es necesario que al brindarle algún tipo de medicación al menor exista la indicación de su pediatra. Tomar antibióticos sin indicación puede prolongar el cuadro de la enfermedad.

Tipo de alimentación en la gastroenteritis infantil:

Ofrecer alimentos al niño, aunque sin forzarle. La alimentación precoz, en contra de la creencia popular, acelera la curación de la gastroenteritis infantil, aunque, al principio, las deposiciones sean frecuentes. Los lactantes deben seguir con su dieta, al igual que los pequeños alimentados con biberón. Si toman papillas o purés, no hay que cambiar nada y pueden seguir con los cereales, carnes, pescados, lácteos (leche y yogur) y frutas habituales.

No es necesario cambiar a una leche sin lactosa en los primeros momentos (práctica habitual hace unos años). SOLO SI la diarrea dure más de dos semanas, y por indicación del pediatra, podría ser necesario. Igual que sucede con la población adulta: se recomienda eliminar el azúcar, los dulces y los alimentos ricos en grasa.

Se inicia la dieta con alimentos secos que necesiten buena masticación, como pan tostado, arroz blanco, papa y zanahoria cocidas, tortilla bien cocida, pechuga de pollo hervida o a la plancha, pescado blanco y pequeñas porciones de fruta fresca bien madura, como la pera o el plátano.

Dieta astringente, la ideal en la gastroenteritis infantil

Una dieta adecuada, astringente y baja en fibra, alivia los síntomas y acelera la recuperación. Para reducir la cantidad de fibra o residuo:

  • Consumir en menores proporciones los alimentos ricos en fibra: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, frutas desecadas y productos integrales.
  • Preferir la fruta cocida o al horno sin piel, en almíbar sin el jugo, o bien en forma de jugos colados no ácidos y sin azúcar.
  • Incrementar la cantidad de alimentos ricos en pectina, fibra soluble con efecto astringente: manzana rallada y oscurecida (oxidada), pera cocida, papa hervida, membrillo, plátano maduro.
  • La fruta en compota es perfecta para la dieta blanda de protección digestiva, siempre y cuando se seleccionen bien las frutas y se cocinen potenciando su función astringente. Eso sí: siempre hay que optar por piezas peladas y maduras.

La compota de pera con castaña y sin azúcar, la compota de manzana con zanahoria y la compota de manzana con pera son tres ejemplos de recetas que podemos ofrecer a los pequeños entre horas. Se puede usar canela o mezclarlas con un yogur. Un recurso muy interesante es sustituir el agua por infusiones digestivas como la manzanilla o el anís. La infusión aportará un particular sabor y dará a la dieta el valor añadido de sus propiedades digestivas.

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