Desde el año 2016, se menciona de manera obligatoria el gluten y la lactosa en el etiquetado nutricional. En el caso del gluten el reglamento de la Unión Europea estableció que 20 mg/kg es la cantidad máxima de gluten que puede contener un producto para que sea legal el indicar es ‘sin gluten’, y 100 mg/kg en el caso de que el producto sea considerado ‘bajo en gluten’.
Por otro lado, la denominación ‘sin lactosa’, no está regulada en la Unión Europea. Sin embargo, los productos que se encuentran con esta denominación son artículos que pueden causar molestias a personas alérgicas o muy sensibles a intolerancias. Se recomienda etiquetarlos así cuando se posee menos de 0.01% de lactosa y, como ‘bajo contenido en lactosa’, si es inferior al 1%.
OJO hay que tener en cuenta que se pueden presentar declaraciones innecesarias, por ejemplo: una salsa de tomate ‘sin gluten’ o en una mostaza ‘sin lactosa’; es decir, en productos que no tendrían por qué contenerlos.
Dentro del reglamento estos mensajes no están permitidos ya que no se puede insinuar que un alimento posee características especiales si no se encuentra dentro de sus ingredientes. Es decir, si un tipo de producto no tiene gluten por norma general, no debería poner ‘sin gluten’ en la etiqueta nutricional.
Alimentos sin gluten y sin lactosa
Actualmente, se ha puesto de moda consumir un plan nutricional sin gluten o sin lactosa, sin embargo esto no tiene una base científica. En personas no diagnosticadas puede ser contraproducente sustituir alimentos básicos (cereales o lácteos), incrementando el riesgo de absorción de algunos nutrientes (por ejemplo, la absorción del calcio se ve afectada al no ingerir lactosa) y encareciendo la compra.
Mensajes SI REGULADOS
Muchas de las alegaciones que afirman que un alimento tiene una propiedad determinada están establecidas por ley. Este es el caso de las declaraciones nutricionales, que determinan que el producto contiene una cantidad significativa o reducida de un nutriente: ‘sin azúcares añadidos’, ‘enriquecido con calcio’, ‘bajo en sal’, entre otros.
También están registradas las declaraciones de propiedad saludable, que dan a entender que una sustancia presente (o ausente) en un alimento tiene un efecto en la salud. Un ejemplo: “el potasio ayuda a regular la presión arterial”
Aunque la ley se establece cómo debe ser la información sobre los ingredientes, a veces puede presentar nombres no muy conocidos por el consumidor. Un ejemplo: en vez de poner ‘azúcares’ aparece dextrosa, maltosa, fructosa, jugo de caña evaporado, jarabe de glucosa, entre otros.
Recuerden siempre mantenerse informados con estos conceptos para que puedan seleccionar mejor los alimentos que consumirán ustedes y sus familias.
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