La relación entre la obesidad y COVID-19

La obesidad es una enfermedad no trasmisible que cada vez está más presente en las sociedades desarrolladas. Esta puede suceder por diferentes causas, pero sobre todo en relación al estilo de vida, como el tener una vida sedentaria y tener una mala alimentación. Como es el caso de los países que se encuentran primeros en el ranking mundial con la mayor tasa de obesidad: Estados Unidos y México.

Hoy en día, literalmente, la obesidad les está pesando a estos países, ya que el COVID-19 está afectado a poblaciones con un sistema inmunológico bajo, donde entra la población con obesidad.

Este factor de riesgo, relacionado estrechamente con la diabetes y la hipertensión, ha sido confirmado por expertos como el caldo de cultivo perfecto para disminuir la resistencia de quienes lo padecen frente al coronavirus. Esto se puede notar con los resultados expuestos por la BBC NEWS al inicio del mes de abril, al considerar Estados Unidos como el nuevo epicentro de la pandemia con 311.654 casos registrados y hasta 8.480 muertes. Y México tiene el mismo destino, ya que las cifras hablan por sí solas para el domingo, 29 de marzo, de los 100 fallecidos en México, más del 35% vivía con obesidad, hipertensión o diabetes.

Pero ¿qué es lo que hace la obesidad en el organismo de estas personas para volverlas menos inmunes al COVID-19? ¿Y hay algo que puedan hacer para compensar esa mayor vulnerabilidad? En las siguientes líneas responderemos a las interrogantes.

La obesidad provoca un estado de inflamación crónica. Esto afecta al funcionamiento de las células del cuerpo y de sus superficies mucosas, que ven interrumpida su función de barrera protectora natural y facilitan el ataque de virus como el covid-19.

Tiene efectos negativos sobre el sistema inmune, como la disminución en la producción de proteínas vitales para defender al cuerpo contra posibles infecciones. Además, pueden tener afectados sus pulmones para respirar con normalidad, o incluso sufrir apnea del sueño y tener problemas de oxigenación. Hasta sugieren que este factor de riesgo puede prolongar el tiempo que el virus se mantenga en la persona.

¿Cómo cuidarse del COVID-19?

Resulta fundamental fomentar el desarrollo habitual de alguna actividad física y el consumo diario de frutas y verduras. La alimentación también es una cuestión de hábitos y educación. Los datos planteados reflejan que más de la mitad de la sociedad no come las 5 porciones de frutas y verduras recomendadas, sustituyéndolas por alimentos procesados y perjudiciales para la salud.

Entonces… ¡Comencemos con el cambio y fortalezcamos nuestra salud!