Los colores en la dieta infantil despiertan curiosidad por el sabor del alimento; esta es una conclusión común en distintos ensayos que han analizado el poder de los colores en el comportamiento. Los colores de los alimentos, de los envases que los contienen o del plato servido son capaces de influenciar en las emociones (provocar alegría, tristeza, exaltación, sorpresa, decepción) u otro tipo de reflejos sensoriales (como apetencia, rechazo, sensación de frío o de calor), un dato que puede ser relevante si lo que se pretende es incentivar el apetito de los niños. Por ello es muy importante que tanto padres y madres, como quienes atienden la alimentación cotidiana de los niños, comprendan esta circunstancia y proyecten la presentación de los platos y la combinación de alimentos para hacerlos más atractivos y estimulantes.

A más colores en la dieta infantil mayor aceptación

A la hora de determinar la influencia que tienen los colores en la dieta infantil para la aceptación o rechazo de alimentos y bebidas, se han aplicado distintas teorías. En algunos ensayos, como el realizado por científicos de la Universidade Federal dos Vales do Jequitinhonha e Mucuri, en Brasil, se han combinado colores y sabores en la elaboración de bebidas utilizadas para evaluar la influencia del color en la aceptación de los alimentos así como en la percepción del sabor. Según apuntan los autores, “aunque el color no influyó en la aceptación de los productos, sí hicieron invocar sentimientos de decepción o de sorpresa, lo que demuestra las expectativas de los catadores sobre el sabor en relación al color”.

Más estudios sobre los colores en la dieta infantil

Con niños y jóvenes de entre 2 y 18 años, la Universidad Australiana de Western Sydney, se hizo un experimento para investigar la influencia de los sabores y colores en la dieta infantil. Se les ofrecían cuatro tipos de bebidas, unas con color y sabor típico (por ejemplo, bebida de color marrón con sabor chocolate) y otras bebidas con color y sabor atípico (por ejemplo, color café y sabor piña). Una vez que las probaban, los participantes se decidían por los nombres del sabor que identificaban con cada bebida. Para las bebidas típicas, la selección del nombre correcto fue superior al 80% en todas las edades. Sin embargo, el acierto para las bebidas atípicas disminuyó en general, y de forma llamativa entre los niños pequeños. Los resultados sugieren que la identificación de los alimentos está muy influenciada por el color en los niños pequeños, y con la edad, es el sabor, más que el color, el factor más determinante.

Asimismo, cuando se tienen identificados los alimentos con un color determinado que son rechazados por los niños, tiene sentido evitarlos en los platos que interesa que coman. Por ejemplo, si el niño rechaza la pasas o las aceitunas negras, es más sensato ofrecerle estos alimentos aislados, por separado, en distintos momentos y distintos días, en lugar de añadirlos a la ensalada que queremos que coman, o a las espinacas, para evitar que trasladen su rechazo por un alimento concreto a todo el plato.

Nuestros últimos artículos de nutrición:

Vitamina C en el deporte

Vitamina C en el deporte

El ácido ascórbico o Vitamina C, es una vitamina hidrosoluble, es antioxidante y esencial, entre otras funciones, para la...

Abrir chat
1
Hola, gracias por comunicarte con Libera😀
¿En qué podemos ayudarte?