La anemia es un problema de salud que se incrementa a partir de los 50 años. En personas mayores de 65 años aumenta en 10% en mujeres y 11% en hombres.  En un estudio del laboratorio Nestle Nutrition se observó que los departamentos del Perú con mayor prevalencia de anemia fueron Ayacucho (57.6%), Ancash (40.1%) y Lambayeque (37.7%). En cambio, Arequipa obtuvo el nivel más bajo de anemia a nivel nacional con un 8.8%.

Uno de los factores de riesgo más predisponente en la anemia es el nivel de pobreza. Los departamentos del Perú con mayor prevalencia de anemia son los de extrema pobreza según el INEI. Esto se debe a que el bajo nivel económico dificulta la adquisición de alimentos en los hogares, generando una escaza ingesta de hierro.

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El aumento de la anemia en las personas mayores tiene relación con el cambio en los hábitos alimenticios y del estilo de vida. Se ha  visto que la incidencia de la anemia incrementa con las caídas, infecciones, capacidad funcional y deterioro cognitivo, según estudios relacionados del laboratorio Nestle Nutrition. Por otro lado, las causas de la anemia en los adultos mayores se dividen en tres categorías analizadas en la revista española de geriatría y gerontología. La primera es causada por deficiencia de hierro en la alimentación, la segunda es la anemia asociada a enfermedades crónicas; principalmente enfermedad renal, y la tercera es la anemia que no tiene explicación. Este  último tipo de anemia  presenta disminución en los niveles de hemoglobina en sangre, aumento de la inflamación, reducción de las células de la médula ósea, generando menor expectativa de vida. Sin embargo, aún no se encuentra explicación científica para este tipo de anemia.

La anemia en un adulto mayor no es un hecho fisiológico del envejecimiento como muchos piensan. Es una medida indicativa de una enfermedad subyacente y tiene relación con un mal pronóstico funcional y vital a mediano o largo plazo. Según la revista española de geriatría y gerontología, la anemia en el anciano puede generar diversas consecuencias en la salud, como el aumento de la mortalidad; cardiovascular y no cardiovascular, la reducción de la fuerza muscular; reducción de la actividad física, reducción de la movilidad, dependencia en las actividades de la vida diaria, aumento de caídas; deterioro en las funciones cognitivas y reducción de la calidad de vida.

El tratamiento para la anemia por déficit de hierro en la dieta,  se debe iniciar con un cambio en su alimentación, incrementando los alimentos ricos en hierro pero teniendo mucho cuidado con el exceso de proteína en la dieta, ya que no queremos afectar el riñón. Además, en el caso que la anemia sea severa se recurrirá a suplementos de hierro. Por otro lado, en el otro tipo de anemia, por enfermedad crónica, se debe tener mucho cuidado con la dieta; disminuir la sal, el potasio y el fósforo por la enfermedad renal, y a la vez, tener un control adecuado de proteínas en la dieta e incrementar el consumo de hierro.

Cabe resaltar que es recomendable que un adulto mayor con anemia lleve asesoría con un nutricionista constantemente, para garantizar que está tratando eficaz, profesional e íntegramente la alimentación de su familiar y/o paciente.

Ximena Chavez Alonso

Nutricionista especialista en el adulto mayor de Libera

CNP 5738

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