La inestabilidad emocional es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por cambios constantes del estado de ánimo sin causa aparente ni razonable. Una persona inestable emocionalmente vive en una montaña rusa de emociones e inseguridades, pues se aburre con facilidad, cambia continuamente de opinión (puede pasar del amor a la indiferencia en un suspiro), le cuesta muchísimo tomar una decisión, no termina nada de lo que empieza…

Características de una persona con inestabilidad emocional

Inestabilidad en el sentido de sí mismo

Tiene una auto-imagen variable que generalmente se basa en cómo son percibidos por los demás (ante una crítica se puede sentir “malos” y ante un halago se puede sentir “una buena persona”, etc.).

Inseguridad y dificultad para percibir cualidades positivas

Ante comentarios agradables acerca de ellos o de algo que han hecho bien, sienten que están siendo halagados pero que en el fondo no es cierto, “lo dices para que me sienta mejor pero en el fondo sabes que soy mediocre y que no valgo nada”.

Relaciones interpersonales inestables

Puede necesitar a los demás de forma desesperada y a la vez sentir la necesidad de evitar este contacto íntimo para evitar un mayor daño emocional. Tiene una necesidad desmedida de apoyo, compañía y cariño y espera que los demás sepan lo que necesita en todo momento (incluso sin decirlo).

Problemas para sacar provecho de sus habilidades

Muchas personas son altamente funcionales y poseen múltiples habilidades que no son capaces de utilizar con éxito. Es decir, tienen capacidad para lograr lo que se proponen pero su inestabilidad e inseguridad no les permite aprovechar su potencial y acaban practicando “el auto-sabotaje”.

Alternar entre suspicacia y extrema ingenuidad

Es muy conocida su tendencia a oscilar entre los extremos. Lo mismo ocurre con la confianza; en momentos de estrés puede desconfiar hasta límites inimaginables, llegando a rozar la paranoia y en momentos en los que se encuentra bien, puede ser extremadamente ingenuo y confiar por completo en la primera persona que se cruza en su camino.

Recurrir al pensamiento mágico

Piensan que una persona, lugar, cosa, conducta o idea puede hacer que los problemas desaparezcan de forma instantánea o hacer que la persona se sienta feliz y/o segura. Los pensamientos mágicos más frecuentes suelen tener relación con que «otros arreglen su malestar». Ejemplos: “Si mi ex-pareja vuelve conmigo me pondré bien», «si me compro otro vestido me encontraré mejor», etc.

Otras características

Entre ellas están las conductas impulsivas, conductas auto-destructivas y trastornos cognitivos o de percepción en determinados momentos de alta emotividad. Esto les puede llevar a sentir o pensar en formas parecidas a las siguientes:

  • Sentimientos de no ser querido o defectuoso.
  • Sensación de inutilidad o de «no ser apto para».
  • Sensación de dependencia.
  • Sensación de ser ignorado, abandonado u olvidado.
  • Sensación de pérdida de control.
  • Falta de confianza en uno mismo y/o en sus propias decisiones.
  • Desconfianza o suspicacia en relación a otras personas.
  • Terror a ser arrastrados, engañados o traicionados por sus emociones.
  • Auto-castigo.

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