A pesar de lo mucho que se ha escrito para eliminar los estereotipos; esquizofrénico sigue siendo sinónimo de temor y un insulto.
Esquizofrénico es el modo elegante de llamarte LOCO.
Es un “efecto llamada” para que, de una noticia cualquiera sobre la esquizofrenia, surjan como hongos tras la lluvia casos que explotar en la prensa, en la tele y en la radio. Casos en que el esquizofrénico abusa sexualmente, agrede o mata a un desconocido o un familiar. Noticias que crean opinión, opiniones que generan estados de ánimo, y estados de ánimo que se convierten en hechos (infundados, generalmente) y que terminan convirtiéndose en creencias colectivas. Entonces los esquizofrénicos dejan de ser humanos. Se convierten en animales. Y esto tiene que parar.
La esquizofrenia es una enfermedad que afecta a las personas a niveles psíquicos, físicos y sociales, y cómo se explica en la página web de la University of Texas Healt Science Center at Houston, Entendiendo la Esquizofrenia: Define un grupo de trastornos que producen distorsión en los pensamientos y en la percepción. Pero no solo distorsiona la percepción del enfermo. La ignorancia a cerca de las causas, el curso y los mitos tejidos en torno a la enfermedad mental en general, contribuyen a que en la mente de la población el esquizofrénico sea un gran desconocido con muy mala prensa.
Mito: “Las personas con esquizofrenia son violentas”
Ser violento es una de las tantas conductas del ser humano, al igual que ser altruista o solidario. Y conducta como tal, puede ser impredecible. Nadie nace pacífico o agresivo; en muchos casos la violencia en el carácter la imprime el entorno que rodea a las personas; entornos en muchos casos, de marginalidad social. La violencia ni es un síntoma de la esquizofrenia, ni es un común denominador entre las personas que sufren de este trastorno.
De hecho, en España solo el 3% de las personas que padecen esquizofrenia comente delitos y en la mayoría de los casos se debe a que no está siguiendo un tratamiento médico adecuado, a que presentan conductas de consumos de alcohol, estupefacientes o una combinación de estos tres factores. Por el contrario, las personas con esquizofrenia temen en muchas ocasiones ser víctimas de violencia hacia ellas mismas, no solo intentos autolíticos, sino violencia por parte de la sociedad. Al desconocimiento sobre la enfermedad se unen la incomprensión y lo llamativo de sus actos: “…tienden a estigmatizar socialmente la esquizofrenia”, una enfermedad que, “tiene una imagen ante la sociedad que no es real”. Esto, en no pocos casos, desemboca en actitudes de temor, discriminación y actos violentos hacia este sector de la población.
¿Existe Solución?
A la tan frecuente desinformación sobre la enfermedad, debe seguir una labor de concienciación ciudadana a través de intervenciones comunitarias con los enfermos mentales. Normalizar su situación en el entorno de la persona con enfermedad mental no solo es allanar un camino en su autoestima, y recuperación, es apoyarle en reconquistar y preservar su espacio en la sociedad. Pero la magia en el trabajo con personas con enfermedad mental no sirve. Los cambios no son espontáneos, es necesaria la voluntad de las administraciones del Estado y las Comunidades Autónomas con campañas de sensibilización ciudadanas, programas de rehabilitación y ocio, y alternativas para apartar de las diversas situaciones de marginalidad en que se encuentra una parte considerable de la población con enfermedad mental, y destinar recursos económicos a la investigación y la creación de centros de carácter públicos. En cuanto a la transmisión de noticias, debería instaurase una ética en las que expresiones como locura, manía y paranoia, no signifiquen insultos, que las noticias reflejen la realidad de la persona con esquizofrenia, y se destierren interpretaciones y mitos que solo conducen al mantenimiento del estigma social que acompaña a estos enfermos.
Finalmente, a nosotros los especialistas nos toca dar información detallada y precisa a la familia con el fin de disminuir temores y propiciar el apoyo para el tratamiento.
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