La drogodependencia es una adicción, basada específicamente en el abuso de drogas, en su consumo frecuente y conllevando sus consecuencias.

Tolerancia y Abstinencia

Una persona dependiente de las drogas, necesitará cada vez mayores cantidades de una sustancia para experimentar sus efectos. A esto se le conoce como tolerancia, es decir, su organismo se ha acostumbrado a los efectos de la droga/sustancia y no genera las mismas sensaciones que en un inicio, por lo que requiere dosis mayores.

Por otra parte, una persona con drogodependencia también experimentará abstinencia, es decir, tendrá respuestas negativas y malestar cuando no consuma la sustancia. Por ejemplo:

  • Tener dolores de cabeza al no tomar café por la mañana.

  • Estar nervioso por no fumar durante varias horas.

  • Delirium trémens (abstinencia al alcohol), en el que se pueden experimentan alucinaciones y extrañas sensaciones corporales.

  • En la abstinencia a la cocaína se experimenta ansiedad, hastío y falta de motivación.

Desarrollo de la drogodependencia

Cuando se experimenta una droga y se continúa con su uso es porque la sustancia genera placer, ayuda a sentirse mejor o disminuye un dolor.

Existe una fina línea entre las personas que son adictas y las que consumen de manera normal. Además, algunos adictos tienen dificultades para reconocer que han pasado esa línea.

Síntomas del abuso de drogas

Una persona dependiente a las drogas mostrará tres principales efectos: dependencia psicológica (síntomas psicológicos), comportamientos de búsqueda de sustancias/drogas (síntomas conductuales) y síntomas físicos.

Síntomas psicológicos:

  • Depresión.

  • Cambios en la personalidad o en la actitud.

  • Periodos de hiperactividad o agitación inusual.

  • Falta de motivación.

  • Incapacidad para concentrarse.

  • Aislamiento social.

  • Apariencia temerosa, ansiosa, paranoica.

Síntomas físicos:

  • Debilidad muscular, dolor de cuerpo y transpiración.

  • Náuseas y vómitos.

  • Hemorragias nasales frecuentes.

  • Cambios en patrones del apetito o del sueño.

  • Pérdida o aumento repentino de peso.

  • Ojos “inyectados en sangre”.

  • Convulsiones sin antecedentes de epilepsia.

  • Deterioro de la apariencia física.

  • Lesiones o accidentes sin poder dar explicaciones.

  • Olores en cuerpo, ropa o aliento.

  • Temblores, dificultad para hablar, coordinación inestable.

Síntomas conductuales:

  • Necesidad desesperada de ingerir más la sustancia.

  • Problemas financieros, robar dinero para consumir drogas.

  • Disminución de la asistencia al trabajo, escuela o universidad.

  • Escasez de realización de actividades de ocio, deportes, ejercicio.

  • Quejas por parte de compañeros de trabajo, supervisores o profesores.

  • Aislamiento social, participar en comportamientos sospechosos o extraños.

  • Cambio repentino de relaciones personales, amigos o aficiones.

  • Participar frecuentemente en problemas: discusiones, accidentes, actividades ilegales.

Tratamiento del abuso de sustancias.

El abuso de sustancias no es sencillo de tratar y es recomendable que se realice un diagnóstico, evaluación y seguimiento por parte de un profesional.

El tratamiento comienza al reconocer el problema. Aunque la negación es un síntoma normal de la adicción, es menos probable si la persona adicta es tratada con respeto y empatía.

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