El TDAH es un tema amplio y en la actualidad se habla de este con mayor frecuencia, esto ha provocado que en ocasiones ocurran diagnósticos de TDAH que realmente no lo eran, por lo que antes de hablar sobre su tratamiento, es pertinente conocer sus características, para tener una idea más exacta sobre el tema.
Características del TDAH Según el DSM IV
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Se caracteriza por un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad, que es más frecuente y grave que el observado habitualmente en sujetos de la misma edad.
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Entre las característica del problema de atención encontramos que a menudo no presta suficiente atención a los detalles, tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas, parece no escuchar cuando se le habla directamente, no sigue instrucciones, tiene dificultades para organizar actividades, se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes, y suele ser descuidado en las actividades diarias.
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Entre las características de la hiperactividad se observa que frecuentemente mueve en exceso manos y/o pies, suele abandonar su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado, a menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo, tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio y normalmente habla en exceso.
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La Impulsividad se caracteriza porque a menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas, tiene dificultades para guardar turno, suele interrumpir o entrometerse en las actividades de otros (por ejemplo se entromete en conversaciones o juegos).
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Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad pueden aparecer antes de los 7 años, sin embargo es usual que se diagnostique luego de varios años de la aparición de los síntomas.
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Los síntomas se presentan en al menos dos situaciones diferentes por ejemplo en la casa y en la escuela.
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Interfiere en el funcionamiento normal de la actividad social, académica, etc.
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Aunque comúnmente el déficit de atención y la hiperactividad-impulsividad se presentan en conjuntos, también puede ocurrir que solo se presente uno de los dos.
Se debe tener mucho cuidado al momento de la evaluación ya que muchos de los síntomas del TDAH suelen confundirse con conductas normalmente esperadas según la etapa del desarrollo en el que se encuentre la persona, también pueden ser producidas por factores externos, por ejemplo el problema de atención puede deberse a estímulos poco relevantes para la persona y no por un problema en el interior de la misma.
Tratamiento Psiquiátrico
Para que el tratamiento del TDAH sea eficaz es recomendable que la intervención sea multimodal, es decir, se debe combinar el tratamiento farmacológico, intervención psicológica, intervención familiar e intervención escolar. El uso de la medicación es por tanto un pilar más del tratamiento para el TDAH.
Los síntomas en el TDAH están relacionados con un defecto en algunos neurotransmisores, concretamente la dopamina y la noradrenalina, que son esenciales para que los circuitos cerebrales encargados de mantener la atención, organizar, planificar las acciones y controlar los impulsos, funcionen correctamente. Entonces lo que hacen los fármacos es incrementar los niveles de estos neurotransmisores para general el equilibrio necesario para el adecuado funcionamiento de la persona.
Existen dos tipos de medicación para el TDAH en niños. Se trata principalmente de los fármacos estimulantes (actúan sobre la dopamina cerebral), y los fármacos no estimulantes (actúan sobre la noradrenalina), en aquellas zonas del cerebro que funcionan por debajo de lo normal en los niños con TDAH (área prefrontal).
El tratamiento farmacológico debe individualizarse y adaptarse a las características únicas de la persona que lo recibe (peso, tolerancia, etc.), además debe revisarse periódicamente y adaptarse a los cambios que se producen en las diferentes etapas evolutivas de la vida. Es común que surjan algunos efectos secundarios como disminución del apetito, problemas de sueño, irritabilidad, etc. Ante esto es importante conversar con el médico tratante para recibir el control pertinente.
Los fármacos han demostrado su utilidad para los distintos tipos de TDHA, además no tienen efecto nocivos en las personas que las utilizan por lo que la suspensión del tratamiento los fines de semana o por vacaciones, no resulta beneficioso por el contrario aumenta los efectos secundarios ya que no se le da la oportunidad al organismo de adaptarse a los fármacos. Con respecto a la duración del tratamiento, los médicos recomiendan que se empleen los fármacos hasta que la persona lo necesite, es decir pueden ser de larga duración.
Conclusiones
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El TDAH es fácil de confundir ya que sus síntomas característicos como lo son el exceso de energía, la falta de concentración, y la impulsividad, entre otros, pueden deberse a factores externos, como por ejemplo problemas en el hogar, divorcio de los padres, problemas en el colegio, estilos de crianza poco adecuados, perdida de un familiar significativo, etc.
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El tratamiento farmacológico es importante, y debe ser acompañado con intervención psicológica y con el trabajo con la familia y escuela.
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La suspensión del tratamiento debe ser supervisada por el médico tratante que ayude a determinar si el uso de la medicina sigue siendo necesaria.
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