Una persona va caminando tranquilamente por la calle o manejando su auto; quizás no va pensando en nada en particular. Repentinamente comienza a sentir palpitaciones, parece que el corazón va a saltar de su pecho, siente un miedo intenso, desesperación, necesidad de escapar, enseguida nota que le cuesta respirar, y un mareo le hace pensar que podría desvanecerse. Queda paralizado por el miedo… no comprende lo que ocurre, pero se siente en peligro.
En la actualidad, tres de cada diez personas en el mundo padece de ataques de pánico, afectando más a mujeres que a hombres. Los ataques de pánico están caracterizados por una reacción de ansiedad muy intensa, acompañada de la sensación de falta de capacidad para controlar esta reacción, e incluso la convicción de que uno puede llegar a morir en ese momento; pueden producirse en diferentes situaciones y quienes lo padecen viven con miedo de otro ataque y pueden sentir temor de estar a solas o lejos de alguien que pueda auxiliarlos.
Síntomas del ataque de pánico:
La aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, va acompañada de cuatro (o más) de los siguientes 13 síntomas:
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca.
- Sudoración.
- Sensación de ahogo.
- Sensación de atragantarse.
- Opresión en el pecho.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o desmayo.
- Despersonalización.
- Miedo a perder el control o volverse loco.
- Miedo a morir.
- Parestesias (sensación de quemadura o de pinchazos en las manos, brazos, piernas o pies).
- Escalofríos o sofocos.
Estos síntomas se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos. En el trastorno de pánico, el ataque es seguido de inquietud o preocupación acerca de padecer un nuevo ataque, generando que la persona realice cambios significativos en su comportamiento destinados a evitar los ataques.
Los ataques de pánico causan mucho sufrimiento y generan una minusvalía personal y social creciente que impide a las personas realizarse y ser felices. Sin embargo, pueden superarse; lo importante es tomar la decisión de afrontarlos, solicitando ayuda.
¿Cómo se tratan las crisis de pánico?
El trastorno de pánico suele tener un tratamiento conjunto, tanto psicológico como psiquiátrico. Esto va a depender de las características y la intensidad de cada caso.
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