En esta oportunidad, vamos a profundizar sobre un tema que, si bien es cierto se ha hablado mucho desde la teoría, en la práctica nos sigue costando manejar.

Empecemos ampliando la mirada de lo que la sexualidad es, pues mucho se piensa en el coito, en relaciones sexuales, en desnudos, etc., pero poco se habla de un modo integral de la sexualidad: ligada a la autoestima, al reconocimiento del propio cuerpo, a la aceptación y valoración de este, entre otros aspectos. La educación sexualidad empieza desde que nacemos, desde muy pequeños, cuando nombramos las partes del cuerpo, cuando reconocemos que los genitales de una niña son distintos al de un niño, cuando aprendemos del autocuidado y de la higiene personal. En todos esos momentos, estamos hablando de sexualidad, sin saberlo. Pues la sexualidad es justamente eso: un ámbito muy inherente al ser. En caso seas madre o padre y desees algunas pautas más específicas para conversar y abordar el tema de la sexualidad con tus hijos, te dejamos este artículo Conceptos claves que los padres deben conocer respecto a la sexualidad y orientación sexual

Ahora bien, en nuestro desarrollo –físico, emocional, social- vamos descubriendo los distintos “lados” que tenemos, y por supuesto, algunos nos gustarán más que otros. No solo en nuestra personalidad, sino también en nuestro cuerpo.

Pero, si esto es tan natural ¿cuál es el problema y cómo interfiere con la sexualidad?

El problema comienza a suceder cuando eso que no nos gusta, se comienza a convertir en ‘estándares’ de lo que está ‘bien’ y  lo que está ‘mal’. Esto no solo pasa en lo individual (es decir, cada quien con su propio cuerpo), sino también en lo social, por ejemplo: “el cuerpo perfecto debe tener tales medidas”, “el tamaño perfecto para tal parte del cuerpo es esta”, “si tienes tal lado de tu cuerpo de esta forma significa que es más feo”, etc. Para profundizar al respecto de la inseguridad, pueden visitar además el siguiente artículo: La inseguridad que esconde la timidez

Es ahí, donde está el problema, pues se comienzan a buscar ‘normas’ y a pretender ‘cuantificar’ con medidas y pesos algo que es tan singular y personal como el cuerpo y sus partes. Hemos elaborado una artículo sobre cómo las exigencias personales afectan la relación sexual que pueden revisar para ampliar sobre este punto Exigencias hacia uno mismo en la sexualidad

¿Y esto cómo se vincula con la sexualidad?

Pues bien, entraremos a una de las áreas de la sexualidad: las relaciones sexuales propiamente dichas. En ellas sucede un encuentro entre, por lo menos, dos personas adultas, que con el consentimiento de ambos, desean entablar un encuentro sexual.

Para que éste se dé, hay ciertos elementos que entran en juego: el cuerpo, el movimiento, la libertad, el disfrute; por nombrar algunos. Y precisamente, para poder llegar a disfrutar de dicho encuentro sexual, es bueno que primero revisemos cómo nos sentimos con cada una de las áreas antes mencionadas; qué nos gusta, qué no nos gusta, dónde me siento más segura/o, dónde me siento muy incómoda/o.

Pues justamente, el estar seguros de nuestro propio cuerpo, de lo que podemos hacer con él, y de las mil formas en que nos gusta disfrutar está una de las claves para fortalecer el autoestima y mejorar el disfrute de una relación sexual.

Recuerda que no existen estándares, no hay ‘buen sexo’ o ‘mal sexo’, pero sí es válido que te preguntes a ti misma/o si lo has disfrutado, si te sentiste libre y cómoda/o.

La inseguridad está en todas partes, no solo en nuestro cuerpo, sino también en nuestro estado de ánimo, personalidad y relaciones interpersonales. Ser conscientes de esos lados nuestros, validarlos y quizá darles un sentido en un espacio terapéutico, puede ayudar a que poco a poco se destraben algunas taras que estés sintiendo en diversos ámbitos de tu vida, sobre todo en la sexualidad.

María Claudia Gee

Psicóloga de Libera

C.Ps.P. 26545

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