Para comenzar con este tema es necesario conocer que todo método de procesado de alimentos supone una modificación en su valor nutricional, pero esto no implica necesariamente que el resultado final sea menos nutritivo. Un ejemplo de ello es el calentar o cocinar los alimentos lo que mejora su digestión y mejora la absorción de algunos nutrientes, además mejora la calidad higiénica al destruir microorganismos y elimina compuestos que aparecen de forma natural en algunos alimentos y pueden ser tóxicos, si se consume más de lo indicado.

El calor puede producir la pérdida de algunos nutrientes que son sensibles al calor, esto puede depender a la intensidad de la temperatura y de la duración. Además, si se cocina con agua, los compuestos hidrosolubles se pierden en el líquido de cocción. En el caso del microondas acorta los tiempos de cocción, lo que supone menores pérdidas de nutrientes que en cocciones más largas.

El microondas no reduce el valor nutricional con respecto a otros métodos

Tanto la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) como la Escuela de Medicina de Harvard indican que cocinar con microondas no reduce el valor nutricional en mayor medida que los métodos convencionales. Incluso esta evidencia científica nos asegura que puede presentar ventajas sobre otras técnicas, porque produce menores pérdidas de antioxidantes vegetales.

El tipo de radiación: un detalle importante

Este electrodoméstico emite unas radiaciones electromagnéticas, con las que consigue calentar los alimentos o preparaciones. A pesar que a ciertas radiaciones electromagnéticas pueden romper enlaces químicos y dañar nuestras células, esto no solo sucede en un tipo particular: las ionizantes, que no son emitidas de ninguna manera por el horno microondas de nuestra cocina. Las radiaciones ionizantes proceden de materiales radioactivos, de los conocidos «rayos X» o de la radiación ultravioleta de alta frecuencia, y pueden producir efectos nocivos en el material genético de nuestras células. Por eso cuando un médico nos somete a radioterapia, siempre lo hace bajo estrictas condiciones de seguridad.

El microondas no emite radiaciones ionizantes, sino radiaciones no ionizantes, que no son peligrosas para la salud. Ningún médico, ni ninguna entidad médica o sanitaria de referencia, alerta hoy sobre los peligros de las radiaciones no ionizantes de un horno microondas casero. Horno que, además, siempre dispone de una protección que reduce la salida de tales radiaciones hasta niveles ínfimos. No diferenciar las radiaciones ionizantes de las no ionizantes está en la base del error que lleva a ciertos terapeutas alternativos a enumerar razones para tirar el microondas a la basura.

Sofía Morales Velásquez

Nutricionista de Libera

CNP 7662

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