Alimentación saludable más allá de la pandemia

Hoy en día este tema se encuentra en boca de todos el tener una alimentación saludable. Pero realmente sabemos ¿Qué quiere decir? ¿De qué se trata? ¿Realmente se trata de solo eliminar el arroz de nuestras comidas? ¿No comer nunca más postres? En la actualidad, y por la presencia del COVID-19, nadie duda que “comer sano” o “alimentarse bien” sea clave para mantener una buena salud. Muchos estudios respaldan esto. Por ejemplo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los diez riesgos que más perjudican a la salud, seis están relacionados de forma directa con la alimentación, y causan el 40% de los fallecimientos.

Frente a estos datos, parece obvio que comer bien sea la base para lograr estar saludables. Sin embargo, cuando llega el momento de escoger entre alimentos, prepararlos y degustarlos, nos alejamos de una dieta saludable, muchas veces por capricho y otras por desconocimiento. Para dar solución a esto último, en los siguientes párrafos resolveremos las dudas que ponen sobre la mesa: qué es la alimentación saludable y cuáles son sus características.

¿Qué es una alimentación saludable?

Según el grupo de expertos GREP-AEDN una alimentación saludable es aquella que permite alcanzar y mantener un funcionamiento óptimo del organismo, conservar o restablecer la salud, disminuir el riesgo de padecer enfermedades, asegurar la reproducción, la gestación y la lactancia, y que promueve un crecimiento y desarrollo óptimos. Debe ser satisfactoria, suficiente, completa, equilibrada, armónica, segura, adaptada, sostenible y asequible.

¿Cuáles son las características de una alimentación saludable?

Dentro de la definición de la alimentación saludable se incluyen diversos conceptos que pueden generar dudas. Por ello se detallaron las siguientes características:

• Satisfactoria: agradable y placentera para los sentidos.
• Suficiente: que cubra con las necesidades de energía, de acuerdo a las necesidades de las diferentes etapas o circunstancias de la vida.
• Completa: que contenga todos los nutrientes que necesita el organismo y las cantidades adecuadas.
• Equilibrada: con una mayor presencia de una amplia variedad de alimentos frescos de buena calidad, es decir, ricos en nutrientes.
• Armónica: con un equilibrio proporcional de los macronutrientes que la integran.
• Segura: los productos adquiridos no deben superar la dosis límite de químicos o contaminantes biológico que puedan resultar nocivos para individuos sensibles.
• Adaptada: que se adapte a las características individuales (situación fisiológica y/o fisiopatológica), sociales, culturales y del entorno de la persona.
• Sostenible: que se pueda mantener en el tiempo de acuerdo a los objetivos.
• Asequible: que permita la interacción social y la convivencia y que se pueda realizar desde el punto de vista económico para la persona.

Teniendo en cuenta toda esta información, es momento de poner en práctica una alimentación saludable en casa. Por nuestro bien y el de nuestra familia.

#YoMeQuedoEnCasa