El colon irritable es un trastorno muy frecuente en la población actualmente y afecta al intestino grueso. Los síntomas son muy diversos y tenemos por ejemplo la presencia de cólicos, dolor abdominal, puede haber además diarreas o estreñimiento. Debido a que es un trastorno crónico el enfoque de tratamiento debe ser a largo plazo e incluye cambios graduales en la dieta, el estilo de vida y sobre todo tener un control del estrés a nivel emocional. En cuanto a las causas se desconoce a ciencia cierta con precisión pero pueden estar involucrados varios factores estructurales e infecciosos entre los cuales podemos mencionar:

  • Las contracciones musculares o los peristaltismos que son los movimientos que ocurren en el intestino.
  • Anomalías de los nervios que participan en el sistema digestivo cuando existe estiramiento en el abdomen debido al exceso de gases o heces fecales.
  • También puede aparecer después de un episodio de diarrea causada por microorganismos como virus o bacterias.
  • Por una sobrepoblación de bacterias en los intestinos
  • Exceso de estrés a edad temprana.

Dentro del tratamiento actual se encuentra la DIETA FODMAP cuyas siglas significan monosacáridos, disacáridos, oligosacáridos, polioles fermentables; la cual se basa en restringir los alimentos que contengan por ejemplo:

  • Monosacáridos como fructosa: manzana, pera, mango, pasas, higos
  • Disacáridos como lactosa: leche, queso
  • Fructanos presentes en col, brócoli, coliflor, alcachofa, espárragos, cebolla, ajo, productos con trigo como tallarines, galletas, panes
  • Galactanos como las legumbres (frijoles, habas, garbanzos, lentejas)
  • Polioles presentes en ciruelas, moras, champignones
  • Edulcorantes como sorbitol, manitol

Por el contrario se pueden consumir los siguientes alimentos:

  • Cereales sin gluten como el arroz
  • tubérculos como papa, camote, yuca
  • Verduras como zanahoria, calabaza
  • Lácteos sin lactosa
  • Carnes magras como pollo, pescado, clara de huevo

Es importante indicar que la DIETA FODMAP no se puede mantener por un largo tiempo ya que puede existir el riesgo de pérdida de peso y carencias nutricionales. La reintroducción nuevamente de los alimentos en un inicio restringidos debe ser de manera progresiva, observando la tolerancia del paciente en cuanto a cantidad y calidad de los mismos.

Se recomienda además el consumo de probióticos para mejorar los problemas gastrointestinales y regenerar la microbiota. Asimismo acudir al especialista para realizar las pruebas diagnósticas y al nutricionista para la elaboración del plan alimentario de acuerdo con los requerimientos específicos individuales.

Lic. Catherine Schnaiderman Vigil

Nutricionista de Libera

CNP 5179

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