Sobre el acoso sexual en Perú

¿Qué es el acoso sexual?

El acoso sexual es una conducta no deseada de naturaleza sexual, que hace que la persona se sienta ofendida, humillada y/o intimidada. Cabe resaltar que no es necesario que se haya producido un abuso sexual, o tocamientos no deseados, para ser considerado acoso sexual, basta con que la víctima se haya sentido incómoda o intimidada con comentarios sexuales.

Para tener en consideración, algunas formas de acoso podrían ser:

Besos y/o abrazos sin consentimiento.
Caricias inadecuadas.
Frotarse con otra persona con intención de obtener placer sexual. (Artículo: Implicancias psicológicas del froteurismo)
Masturbarse frente a otra persona.
Contacto físico no solicitado ni consentido. Por ejemplo, al dar un masaje sin consentimiento.
Mensajes, llamadas, notas, mails o mensajes de whatsapp (entre otros) con contenido sexual y/o amenazantes.
Inmiscuirse en la vida/intimidad sexual de otra persona.
Observaciones de tipo sexual. ( Voyeurismo: El placer a través de los ojos)
Seguir a una persona o no permitirle el paso, buscando intimidar o sobrepasar límites personales.
Comentarios sexuales sobre el cuerpo de la otra persona.
Bromas sobre aspectos sexuales (como órganos sexuales o vida sexual) de la otra persona.
Comentarios o insinuaciones sexuales.
Contar chistes o historias de índole sexual sin que se esté de acuerdo.
Entre otras.

El acoso sexual en Perú:

En el último año, Perú se encontró en el segundo lugar respecto a América Latina en relación a los países en los que más mujeres afirman haber sufrido acoso sexual, según demuestra un estudio de Datum Internacional. Así pues, según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, se registraron más de 16 mil casos de delitos sexuales en el 2019, entre lo cuales, el 68,7% de las víctimas se encuentran entre los 0 y 17 años de edad. (Lo que debemos saber sobre el abuso sexual infantil)

Por otra parte, el Ministerio de Trabajo reportó un total de 481 denuncias de acoso sexual laboral en el 2019; no obstante, un estudio de Genderlab indicó que solo 2 de cada 100 mujeres que sufren de acoso sexual en el ámbito laboral lo denuncian legalmente. Además, los resultados muestran que aproximadamente el 29% de dichas víctimas de acoso no hablan sobre lo sucedido, el 25% lo comenta a sus compañeros de trabajo y solo el 19% lo menciona a su jefe.

En una encuesta realizada por Ipsos para el diario El Comercio, el 47% de participantes afirmó que si una mujer se pone una minifalda y un hombre la acosa, ella tiene algo de culpabilidad, mientras que un 17% considera que es totalmente culpable del acoso recibido. Sobre lo anterior, es importante tener siempre en consideración que los únicos culpables del acoso sexual son los agresores, no las víctimas.

¿Cuál es el marco legal en el país?

Desde el año 2015, existe la Ley N° 30314 que viene a ser la Ley para Prevenir y Sancionar el Acoso Sexual en Espacios Públicos. Así mismo, desde setiembre del 2018, existe el Decreto Legislativo N° 1410, el cual considera como delitos al acoso sexual, chantaje sexual y difusión de imágenes, materiales audiovisuales o audios con contenido sexual.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Cuestionar cómo llevamos nuestra identidad como hombres y mujeres, la imagen que tenemos de nuestro género y el género opuesto, así como las formas en las que nos relacionamos y las dinámicas de seducción que podemos considerar como normales.
No normalizar el acoso en nuestra vida cotidiana, ya sea en situaciones directas de acoso, o en bromas al respecto.
Acusar los abusos y acosos.
No culpar a las víctimas, sino enfocarse en reprender y corregir a los agresores y proteger a los afectados.
Educar a nuestros hijos de una manera en la cual el respeto al otro sea un valor fundamental. No solo enseñar a nuestros hijos a protegerse de amenazas (lo cual sería centrarse en las potenciales víctimas de acoso), sino también educar sobre el respeto de límites y formas adecuadas de relacionarse (para evitar también posibles agresores).

¿Qué hacer si soy víctima?

Contarle lo sucedido a alguien de confianza. No hacer como si no hubiera pasado.
Rodearte de personas con las que te sientas cómoda/o y segura/o.
Intentar no quedarse sola/o con el acosador/a.
Confiar en su propio criterio, así otras personas cuestionen lo que pasó o su magnitud.
Intentar no caer en sensaciones de culpa o de vergüenza. La única persona culpable es la agresora.
Acudir a apoyo profesional, tanto a nivel legal como psicológico.
Acudir a organizaciones especializadas.

A continuación, compartimos información sobre servicios públicos que podrían ser útiles en caso de acoso sexual:

Centros de Emergencia Mujer – CEM:

Los Centros de Emergencia Mujer (CEM) son servicios públicos especializados y gratuitos que brindan orientación legal, defensa judicial, consejería psicológica y asistencia social.

Para acceder, debe acercarse a uno de los CEM a nivel nacional, en comisarías o en hospitales. La persona encargada de admisión tomará la información del hecho, ya sea violencia familiar y/o sexual, física o psicológica, para tener los datos y derivar al servicio correspondiente.

Contacto CEM:

En todo el Perú, los 245 CEM regulares atienden de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 4:15 p.m.; y los 77 CEM en comisarías, las 24 horas del día, los 365 días del año.

Teléfono: 4197260.

Línea 100:

Línea 100 se trata de un servicio telefónico gratuito de información, orientación, consejería y soporte emocional para personas afectadas o involucradas en hechos de violencia familiar o sexual, o que conozcan algún caso de maltrato en su entorno.

Se pueden realizar llamadas de urgencia para coordinar la intervención urgente de la policía ante una situación de maltrato o violencia familiar y/o sexual.