Es muy usual ver en consulta a algunos padres desconcertados por algunas características que observan en sus hijos(as) adolescentes.  A continuación, comentaremos las dudas o preocupaciones más habituales.

Los cambios en el estado de ánimo o modo de comportarse:

En ocasiones los adolescentes suelen mostrarse alegres, cariñosos, buscan interactuar con sus padres e insisten en hacer actividades en conjunto lo cual les recuerda que siguen siendo sus niños(as) de siempre. En otras ocasiones, se encierran en su cuarto y quieren hacer sus cosas solos, no aceptan las invitaciones de los padres a interactuar juntos. Ante ello algunos padres pueden sentirse confundidos y tratan de pedir una explicación o hablar con ellos(as), pero pocas veces suelen obtener alguna respuesta que los satisfaga.

Dichos cambios son esperables, pues el adolescente está experimentando muchos cambios a nivel físico y psicológico. Es una etapa que les genera mucha angustia, pues se comparan frecuentemente con sus pares, tienen la necesidad de pertenencia con sus iguales, quieren seguir recibiendo el afecto y cuidado de sus padres, pero también desean mayor autonomía y ciertas libertades, se cuestionan aspectos que cuando eran niños no solían hacerlo, adquieren una nueva perspectiva de la vida y cuestionan lo preestablecido en cuanto a sus relaciones de amistad, familia, colegio, etc.

En ocasiones ni ellos mismos saben porqué se sienten como sienten y no tienen una respuesta para sus padres, lo cual puede generar que los padres presionen más al adolescente para obtener respuestas y éste aumente su sensación de ser incomprendido y se aparte aún más.

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La privacidad:

Los adolescentes suelen ser más cuidadosos con sus celulares empleando claves y llevándolos a todas partes como una extensión de su cuerpo, suelen buscar ambientes privados para conversar con sus amigos, se preocupan de poner seguro a la puerta de sus habitaciones, etc. Dichas actitudes generan mucha angustia entre los padres pues prevalece el deseo natural de proteger a sus hijos(as), de ayudarlos a tomar buenas decisiones. Aquí es importante respetar los espacios que los adolescentes necesitan sin dejar supervisar. En estos casos ayuda mucho el que se realicen actividades familiares con cierta periodicidad y no se reduzca la interacción a un interrogatorio exigiendo confianza. En caso exista más de un hijo se recomienda tratar de pasar tiempo en grupo y tiempo individual con cada uno de ellos pues sus necesidades serán diferentes en cada etapa de la vida.

Los consejos:

Cuando los adolescentes cuentan sus experiencias o sus opiniones es muy difícil para los padres y madres resistirse a brindarles un consejo o corregir lo que desde su punto de vista fue inadecuado o pudo haber sido de otra forma. Es importante atender el lenguaje no verbal de los adolescentes antes de emitir opinión y si tenemos dudas preguntarle si desea un consejo, un abrazo o simplemente ser escuchado(a). Cuando la intervención de los padres o madres no fue la que esperaban o necesitaban oirás comentarios como “ya no te voy a contar nada…”, “de haber sabido que me ibas a decir eso no te hubiese dicho nada”, “No me entiendes…”. En el peor de los casos ya no recurrirán a ti cuando estén en problemas o necesiten apoyo emocional.

Es importante recordar que como padres y madres es completamente normal aconsejarlos y orientarlos pues son las personas más importantes en nuestras vidas y es usual desear lo mejor para ellos(as). En ese sentido puedes ayudarlo a reflexionar con preguntas en lugar de darle las respuestas. Por ejm: ¿Cómo te hizo sentir que tu amiga haya dicho eso…?, ¿Qué hubieses hecho tú en su lugar…?, ¿De qué manera se pudo haber cambiado eso…?, ¿Hay algo en qué pueda ayudarte…? También ayuda emitir comentarios que reflejen nuestro sentir y tratar de identificar las emociones que han experimentado: “Como tu madre me apena/enoja/preocupa… lo que me cuentas, imagino que te debes de haber sentido molesta/triste/decepcionada…”. Procuremos que el mensaje sea “no te juzgo por como actuaste, veamos otro modo de resolver, estoy para ti cuando me necesites, etc.”

Recuerda considerar recibir el apoyo de un profesional si sientes que estás perdiendo el control o te está dificultando conectar con tu hijo(a).

Claudia Acosta

Psicoterapeuta de Libera

C.Ps.P. 32077

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