La depresión es una de las enfermedades más frecuentes en el mundo y es la causa principal de incapacidad, afectando aproximadamente a unos 350 millones de personas. Es importante resaltar que la depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana; es por ello que todos nosotros podemos estar tristes en algún momento, pero no todos estamos deprimidos.

Características de una persona con depresión:

Una de las principales características que se aprecia en las personas que padecen depresión, es la dificultad para desenvolverse con normalidad, afectándose el funcionamiento de casi todas las áreas de su vida, lo cual está relacionado también con la anhedonia, que es la dificultad o incapacidad de sentir placer por las actividades que hacemos o solíamos hacer habitualmente. Por ejemplo, en el caso de un niño deprimido, quizá no lo notemos claramente, pero podemos encontrar que comienza a bajar sus notas, o el caso de un joven universitario que de repente empieza a faltar a clases o le cuesta más trabajo concentrarse; también está el caso del señor que regresa a casa muy estresado del trabajo, siendo notorio en él la irritabilidad y las dificultades para interactuar.

La tristeza y la depresión NO son iguales.

La depresión tiene otras características importantes como la tristeza patológica, sin embargo, es importante no confundir estar triste con estar deprimido, es decir, podemos estar tristes los domingos por la tarde, pero esa es una tristeza pasajera, en cambio, en la depresión esa tristeza es permanente, estando presente por más de dos semanas. Además de la tristeza patológica, se observan otros síntomas como insomnio, alteración del apetito, disminución del deseo sexual, dificultad para concentrarse, y algo muy importante, la pérdida de la esperanza; por ejemplo: en los casos de depresión severa o moderada encontramos que las personas han perdido cualquier tipo de esperanza de que las cosas se puedan solucionar, lo cual les lleva a plantearse ideas desesperanzadoras como ¿para qué luchar si todo ya está perdido?, cargada de mucha angustia y tristeza.

Tratamiento:

La mayoría de casos en consulta son depresiones leves, las cuales pueden recuperarse sólo con psicoterapia, sin necesidad de medicación. Sin embargo, existen otros casos, en donde a pesar de la psicoterapia los sentimientos de tristeza no mejoran, y los otros síntomas que acompañan la depresión persisten, entonces se requiere de un tratamiento farmacológico.

Medicación: Mitos y verdades.

Muchas personas temen tomar medicina por los efectos adversos de los mismos. Estos se presentan en la mayor parte de las personas dependiendo de la sensibilidad que tengan, son muy diversos y van desde ansiedad hasta insomnio y en algunas personas irritabilidad, por esta razón es importante que el tratamiento sea supervisado por un especialista, quien evaluará si se presentan o no estos efectos, ya que, incluso, a veces no pueden ser reconocidos por los propios pacientes y además porque no todas las personas reaccionan de la misma manera al medicamento. A través de las dosis correctas de medicación y de una adecuada supervisión y valoración de los efectos adversos del medicamento, se logra la recuperación del paciente.

En el 90% de los casos los efectos adversos suelen presentarse en las primeras semanas de tratamiento y de ahí suelen remitir con el pasar de los días; en el caso de que éstos no remitan, el especialista considerará conveniente cambiar de medicamento. La rama de medicamentos es muy amplia y si uno nos cae mal, entonces podemos buscar y probar con otro que nos resulte más beneficioso.

En la mayoría de personas la depresión empieza a remitir con efecto del antidepresivo a partir de las 6 u 8 semanas de tratamiento, logrando una mejoría aceptable clínicamente a las 12 semanas; el tratamiento debe darse como mínimo por 6 meses. Existen casos donde la depresión tiende a la cronicidad o donde el especialista debe evaluar la presencia de varios episodios depresivos, es ahí donde se le indica al paciente la medicación de por vida; cabe recalcar que esto ocurre sólo en algunos casos, NO en todos.

El diagnóstico temprano es fundamental.

Es importante hacer un buen tratamiento, pero más importante aún es hacer un diagnóstico temprano; en primer lugar, hay que diferenciar la depresión de la tristeza común (pasajera), si notamos que con el paso del tiempo esta tristeza no mejora, por el contrario, perdura y además está acompañada de signos de alarma como desesperanza, ideas de hacerse daño o de no querer vivir, entonces es momento de acudir con un especialista.

NO debemos temerle a la depresión, esta es una enfermedad como lo puede ser la hipertensión arterial o como lo puede ser la diabetes; tiene un tratamiento, lo importante es tratarla a tiempo y recordar que la depresión NO es solo tristeza.

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