Muchas personas se preguntan si es posible sentir algún tipo de dolencia o malestar físico como causa de un problema emocional; probablemente, porque han experimentado situaciones en las que encuentran una causa orgánica de sus malestares. En realidad, sí es posible, es más común de lo que parece y puede presentarse en distintos grados, desde una manera muy sutil como un simple dolor de cabeza hasta encerrar todo un conjunto de síntomas físicos graves. Cuando un problema psicológico se expresa de forma orgánica o física, se le llama somatización.

¿Qué malestares físicos pueden surgir?

Todas las personas no reaccionan de la misma forma ante problemas similares, algunas tienen mayor predisposición a presentar síntomas específicos con frecuencia. Los síntomas pueden ser muchos y variados, incluso algunos pueden desencadenar en problemas físicos mayores, como los siguientes:

  • Síntomas gastrointestinales, como diarrea, hinchazón, intolerancias alimentarias, dolores abdominales, flatulencias, úlceras en el intestino y estómago.

  • Síntomas sexuales, como la pérdida del deseo sexual, anorgasmia, etc.

  • Síntomas respiratorios y cardíacos, como dificultades para respirar, mareos, dolores en el pecho y espalda, taquicardias, hipertensión arterial, sensación de ahogo y asfixia.

  • Síntomas neurológicos: debilidad muscular, convulsiones, amnesia, desfallecimiento, cefaleas.

Si luego de una evaluación médica, los resultados no muestran ninguna causa del malestar físico presente y los problemas emocionales se mantienen, buscar la ayuda de un profesional de salud mental puede ser la mejor opción. Cuando se comienza a tratar la raíz de los problemas emocionales y las personas empiezan a ser más conscientes de las señales que les manda su propio cuerpo, los síntomas físicos pueden empezar a disminuir considerablemente hasta desaparecer. Por ejemplo, en las disfunciones sexuales, los pensamientos que se tengan acerca de temas relacionados, como el sentimiento de culpa al no cumplir con las expectativas de la pareja o las  autoexigencias, pueden  traer como consecuencias diversos síntomas orgánicos, muchas de estas personas consideran a la medicación como primera y única solución para su problema, sin embargo, estas pueden no tener resultado si es que no se resuelve el trasfondo mediante una exploración de los pensamientos que la causan. Por otro lado, los ataques de pánico son un ejemplo claro de las señales que puede mandar el cuerpo, señales que piden que se ponga mayor atención a los propios pensamientos y emociones, los cuales muchas veces son obviados hasta presentar síntomas físicos muy reales, con sensaciones de ahogo y taquicardia, relacionados a un gran miedo a la muerte.

Recomendaciones

  • En primer lugar, tratar de reconocer las emociones y comprender por qué las está teniendo.

  • Expresar los sentimientos de manera apropiada. Si los sentimientos de estrés, tristeza o ansiedad están causando problemas físicos, guardar estos sentimientos puede hacerlo sentir peor.

  • Vivir equilibradamente. Puede ser necesario que encuentre maneras de deshacerse de algunas cosas en su vida que lo hacen sentir estresado y abrumado, tómese un tiempo para disfrutar de las cosas que le gustan.

  • Cuidar mente y cuerpo: Para tener una buena salud emocional, es importante que cuide de su cuerpo con una rutina regular que incluya ingerir alimentos saludables, dormir lo suficiente y hacer ejercicio para aliviar la tensión acumulada. Evite comer en exceso y no abuse de las drogas o el alcohol. El consumo de drogas o alcohol simplemente causa otros problemas, tales como problemas familiares y de salud.

  • La medicación puede ayudar en algunos casos. Lo primordial es acudir a un especialista para una evaluación, en algunos casos puede ser recomendable el uso de fármacos para estabilizar algunos síntomas, sin embargo, en otros casos puede ser innecesario.

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