Existen muchos mitos con respecto a la psiquiatría. Entre los más comunes tenemos aquellos en los que se dice que al psiquiatra solo acuden los “locos”, lo que produce un miedo al “qué dirán” los amigos cuando necesitamos este tipo de ayuda. Además, está el miedo frecuente de volvernos dependientes a las pastillas que nos recetan, convirtiéndose en el principal motivo para resistirse a acudir a una consulta.

Entonces surge la interrogante ¿los fármacos que recetan los psiquiatras generan dependencia? La respuesta es NO, si bien es cierto existen pastillas que son mas propensas a generar algún tipo de dependencia, por ejemplo, los ansiolíticos presentan un mayor riesgo que con los antidepresivos, también es cierto que el médico psiquiatra tiene conocimiento respecto a la dosis que cada persona necesita, por cuánto tiempo y con qué frecuencia, lo que funciona como factor protector para no desencadenar algún tipo de adicción. Pero si nos automedicamos y utilizamos distintos fármacos sin el menor cuidado, entonces sí corremos riesgo de volvernos dependientes, ya que el tomar pastillas se vuelve la principal manera de enfrentar los problemas.

¿Qué son los ansiolíticos?

Los ansiolíticos son los fármacos empleados para la disminución de los síntomas físicos propios de la ansiedad, como la taquicardia, sudoración, tensión muscular, etc. Existen distintos tipos de ansiolíticos, que pueden agruparse en tres grupos:

  1. Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina
  2. Inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina
  3. Benzodiacepinas

Los ansiolíticos del primer grupo presentan muy pocos efectos secundarios que de presentarse suele desaparecer a los pocos días, no afectan el estado de vigilia y no genera riesgo de adicción.

Los pertenecientes al segundo grupo son similares a los del primero con la única diferencia que tienen incidencia sobre los niveles de la noradrenalina (hormona que aumenta la presión arterial y ritmo cardiaco). Con respecto a los benzodiacepinas, estos fármacos producen una disminución rápida de la ansiedad, sin embargo pueden producir un efecto de adaptación a la sustancia, es decir a largo plazo puede que se requiera una mayor dosis si es que no se tiene cuidado al momento de suministrar la dosis.

Diferencias entre las sustancias adictivas y los fármacos empleados en psiquiatría

La primera diferencia se da en el hecho de que el consumo de drogas está encaminado a generar placer o cambiar estados de ánimo displacenteros, mientras que los psicofármacos están encaminados a reestablecer un equilibrio en la comunicación entre neuronas que ha sido alterado en el transcurso de una enfermedad, lo que produce un estado de bienestar saludable.

Además, la mayoría de las drogas ilícitas producen habituación, es decir en ocasiones se tiene que aumentar la dosis para obtener la misma respuesta y la mayoría de los psicofármacos no.

Otra diferencia es que las drogas al dejar de consumirlas producen un síndrome de abstinencia mientras que la mayoría de los psicofármacos no, solamente algunos de ellos (que generalmente son los que se venden con receta, no dando este problema cuando son prescritos y manejados por el médico tratante de manera terapéutica) y que algunas personas con problemas de adicción utilizan de manera inadecuada y sin prescripción médica.

Conclusiones

  • Debemos tener mucho cuidado con el consumo de fármacos para la ansiedad, y dicho consumo siempre se debe dar bajo supervisión del médico psiquiatra. Existen problemas cotidianos que pueden llevarnos a la falsa idea de que necesitamos de ansiolíticos por lo que debemos estar alerta a no caer en el abuso de estos y buscar distintas alternativas de afrontamiento a los problemas.

  • El fármaco ayuda a la disminución de los síntomas, pero no acaban con el problema en sí mismo, por lo que el tratamiento de la ansiedad con fármacos debe ir acompañado con trabajo psicoterapéutico.

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