El sexo y la sexualidad son parte importante de la salud emocional y física de la persona y están presentes a lo largo de todo el ciclo vital, incluyendo la vejez.

Llegar a la tercera edad no significa el final de nuestra vida sexual. Si bien el envejecimiento puede demandar que adaptemos la actividad sexual a los cambios (físicos, de salud, etc.) que presentemos, ello no impide que podamos gozar de una vida sexual sana y placentera. Sin embargo, existen diversos factores que afectan la sexualidad en esta etapa. Las dificultades no son sólo una cuestión física, sino que muchas veces existen problemas sociales y psicológicos que interfieren con la expresión normal de la sexualidad.

Factores que influyen en la sexualidad:

Factores físicos:

Cambios en las mujeres:

  • Se da la menopausia, disminuyendo los niveles de estrógeno y progesterona.
  • Disminuye la capacidad de lubricación, las paredes vaginales pueden volverse más delgadas y rígidas, generando incomodidad en las relaciones sexuales.
  • Disminuye el deseo sexual.
  • La respuesta a los estímulos es más lenta y también el tiempo de recuperación.
  • Hay más dificultad para alcanzar el orgasmo.

Cambios en los varones:

  • Disminuyen los niveles de testosterona y la producción de espermatozoides, por lo que hay menos volumen de líquido seminal y es menos viscoso.
  • Los testículos se hacen más pequeños y más flácidos.
  • La erección se hace mucho más lenta y pueden no ser tan firmes o no durar tanto.
  • Puede tardar más tiempo en eyacular.
  • La respuesta a la excitación es más lenta.
  • Los orgasmos duran menos.
  • Necesita más tiempo para recuperarse y poder tener un nuevo coito.

Factores psicológicos:

  • Prejuicios culturales o sociales sobre la sexualidad del adulto mayor, pues, muchas veces, se ve de forma negativa a la persona mayor que tiene interés sexual.
  • La actitud de la familia puede influir de forma negativa o positiva. Si los hijos rechazan a la nueva pareja o se muestran en contra de las relaciones sexuales a esa edad, generan inhibición en el adulto mayor.
  • Problemas psicológicos y sociales propios de la edad, como: la viudez, la dificultad para encontrar pareja, las enfermedades propias o de la pareja, las dificultades económicas, la jubilación y los cambios en el estilo de vida, pueden ocasionar inconvenientes en la sexualidad.
  • Baja autoestima e inseguridad debido a los cambios físicos que se presentan, generando ansiedad y preocupación por su desempeño o sobre si serán atractivos para sus parejas.
  • Las creencias y actitudes hacia la sexualidad de la misma persona. Si el adulto es religioso puede tener una visión negativa del sexo, considerándolo pecado.
  • Dificultades para tener acceso a un ambiente adecuado de intimidad, sobre todo si el anciano vive con sus hijos o en residencias geriátricas.

Afecciones médicas y medicamentos:

Existen condiciones médicas que aquejan al adulto mayor, afectando su sexualidad, por ejemplo: la diabetes, las enfermedades vasculares, la cirugía pélvica o de próstata, las lesiones medulares, el consumo de alcohol u otras sustancias. Además, debido a estas afecciones, muchos ancianos toman uno o más medicamentos, los cuales tienen efectos secundarios que pueden afectar su actividad sexual.

Recomendaciones para una sexualidad saludable:

  • Consulte con su médico. El especialista puede ayudarlo a mejorar su salud sexual mediante el tratamiento de los problemas sexuales o de cualquier otra afección médica. También puede encontrar medicamentos que no afecten a su actividad sexual y puede sugerir formas para disfrutar del sexo de manera segura.
  • Converse con su pareja.A pesar de que puede ser incómodo hablar con su pareja sobre sexo, es importante hacerlo. Cuéntele acerca de sus sentimientos y preocupaciones; háblele de lo que desea de su encuentro sexual.
  • Atrévase a experimentar.Intente adaptar su rutina a los cambios que físicos que presenta: Dedique más tiempo a la excitación; pruebe nuevas posturas; sea creativo. Disfruten de la intimidad, pase más tiempo acariciando, besando y disfrutando de la compañía de su pareja.
  • Practique el sexo seguro.A pesar de la edad todavía hay riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual u otras afecciones. Utilice métodos seguros para protegerse y prevenir enfermedades.
  • Manténgase sano.Haga ejercicio, coma saludable, elimine hábitos como el alcohol y el tabaco y vea a su médico para un cuidado preventivo.
  • Mantenga su vida social. No caiga en la pasividad y el aislamiento.

La forma en que envejecemos afectará en mayor o menor medida nuestra vida sexual, por ello es importante promover una vejez activa y saludable. Habrá que hacer algunos cambios en nuestros hábitos, pero eso no impedirá que podamos vivir una sexualidad satisfactoria.

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