En cada familia, los padres y/o apoderados tienden a repetir conductas de sus antecesores los cuales van a repercutir en la crianza del niño. En varias ocasiones los padres y madres utilizan castigos y refuerzos para disminuir o mantener una conducta de sus hijos.

Muchos padres optan por castigar a los niños privándolo de algún objeto de su preferencia (consola, tv, juguete, etc.), este acto, sin embargo, funcionará de manera momentánea y solo sirve para controlar a los hijos; pero a largo plazo no producirá el efecto que se espera y no se habrá conseguido corregir la conducta inadecuada.

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Por otro lado, el refuerzo positivo emplea el reconocimiento de las buenas acciones de los niños frente a alguna situación; es así que como padres es importante realizar comentarios positivos que sean más eficaces para el incremento o mantenimiento de la conducta objetivo. Sean comprensivos y busquen hacer entender al niño cuales son las conductas incorrectas que se deben evitar en lugar de reprimirlo o castigarlo.

Finalmente, no olvidar que, para premiar a un niño por una buena conducta, es mejor reforzarlo no con algo económico, sino con elogios o demostraciones de afecto que lo hagan sentirse seguros y valorados. Algo esencial de recordar es marcar siempre la conducta y no el valor del niño, pues este jamás estará en juego.

Cesar Vigo

Psicoterapeuta de Libera

C.Ps.P. 35846

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