¿Alguna vez has escuchado del término foreplay? Quizá para algunos, esta sea una palabra nueva, pero es más que seguro que todos lo hayamos practicado en algún momento.

El foreplay se define como el juego previo o preliminar al acto sexual. Caricias, abrazos, besos y demás son solo algunas maneras de iniciar una buena sesión de placer con tu pareja. Sin embargo, este paso suele saltarse debido a la equivoca idea de que el sexo se limita a la penetración, cuando lo cierto es que un buen juego preliminar define mucho la intensidad de placer que se puede generar en el mismo acto ya que, aunque no lo creas, estos momentos previos influyen en el estado emocional y psicológico de ambos.

¿Por qué jugar previamente?

El área sexual es importante para una pareja, no solamente porque hablamos de placeres sexuales, sino porque es un acto que requiere de comunicación verbal y no verbal, que implican a su vez una relación de comodidad y aceptación con el otro. Si bien se nos ha enseñado -erróneamente- que el sexo está centrado en la penetración, existen muchas maneras de vivir nuestra sexualidad sin tener que llegar a este medio o saberlo disfrutar mejor con buenas sesiones de juego previo.

«Si bien el foreplay implica caricias y besos, existen diversas maneras de iniciar un juego preliminar; solo tienes que hacer uso de tu creatividad.»

El foreplay o juego previo implica una conexión entre ambas partes. La búsqueda de movimientos o caricias que vayan encendiendo poco a poco a tu pareja para prepararla para el acto sexual es parte de la comunicación no verbal, ya que, sin hablar, cada uno va observando y analizando los gustos y placeres de la otra persona, generando así cada vez mayor comodidad, relajación y, por ende, mayor disfrute.

¿Entonces solo hay que besarnos?

¡No! Si bien el foreplay implica caricias y besos, existen diversas maneras de iniciar un juego preliminar; solo tienes que hacer uso de tu creatividad. Desde opciones más comunes como juguetes o bailes, hasta posibilidades más elaboradas como roles o comidas dulces en el cuerpo de tu pareja. Lo importante es activar cada espacio del cuerpo de tu pareja e ir disfrutando cada momento.

En este sentido, el foreplay también implica comunicación verbal y comprensión. Solo tú sabes qué es lo que más te gusta y cómo, entonces ¿por qué no compartirlo con tu pareja para que te ayude a disfrutar aún más? Todos tenemos derecho a disfrutar de nuestra sexualidad como nos plazca y nuestra pareja es nuestro gran aliado. Olvídate de los tabúes; habla con esta persona y dile qué es lo que te gusta, dónde y cómo. El apoyo y disfrute hace que las parejas se conecten aún más, ya que hay sentimientos de consideración, gustos y aceptación, haciendo de esta una relación más libre y compenetrada.

Conclusiones

Como ves, el foreplay no se limita solamente a una caricia seguido de la penetración, sino a hacer uso de tu imaginación (y la de tu pareja). El límite solo se alcanza cuando ustedes lo deciden, por lo que conocer cada parte del cuerpo de tu pareja, espacios de excitación e incluso movimientos que dan señales de un buen trabajo, ayudan a unirse y poder disfrutar mejor del sexo.

Salgamos de la rutina y los estereotipos, conversa con tu pareja sobre sus gustos, disgustos y fantasías, y empiecen a vivir una nueva etapa del sexo como solo ustedes pueden crear.

 

Sumi-Kori Rimari

Psicóloga de Libera

C.Ps.P. 32052

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