Sin lugar a duda, el rol de ser padres/madres es uno de los más difíciles de desempeñar, se aprende mediante la experiencia y con cada hijo se aprende algo nuevo pues a veces lo que funcionaba con el primero no funciona con el segundo. Sumado a ello, están las presiones externas de lo que implica ser “buen padre/madre”, y las otras responsabilidades que debemos atender en el día a día.

¿Qué significa vivir plenamente la maternidad/paternidad?

No tiene que ver con ausencia de dificultades pues en ese caso ninguna persona podría dar una respuesta afirmativa. Tiene que ver con aceptar y apreciar cada etapa del desarrollo de los hijos sin tratar de acelerar algunas y extender otras.

Algunos aspectos para evaluar:

¿Te comparas con otros padres y comparas a tus hijos con otros niños?

La comparación con los otros es en alguna medida normal, sin embargo, es importante darnos cuenta de las respuestas que estas comparaciones generan en nosotros. En ciertas ocasiones tendemos a pensar que los demás llevan mejor su maternidad/paternidad pues sólo vemos lo que nos permiten ver que por lo general suele ser lo socialmente aceptable o deseable en encuentros o redes sociales, pues las personas tienden a hacer sus infidencias sólo con personas de mucha confianza o cuando saben que no serán criticadas.

Lo mismo pasa con los hijos, estamos atentos a lo parecidos o diferentes que suelen ser con sus pares y a veces nos angustiamos cuando vemos que otros niños han desarrollado ciertas habilidades que nuestros hijos aún están en proceso. Es importante recordar que, a pesar de tener la misma edad, cada niño tiene experiencias diferentes y no tienen que madurar a la par que sus compañeros. Es importante no compararlos con sus pares y no pretender que tengan las mismas habilidades o aspectos deseables pues podríamos generarle angustias e inseguridades innecesarias. Recuerda que cada niño es único y no están para satisfacer nuestras expectativas. Amémoslos tal cual son, incondicionalmente, más allá de lo que hagan o dejen de hacer.

¿Te gustaría retroceder el tiempo donde tu niño sólo dormía, lactaba, y apenas se movía o estás añorando el día que retornen al colegio a sus clases presenciales?

Existe una tendencia a no apreciar el momento presente. Al igual que cuando éramos adolescentes, añorábamos tener DNI y hacer las cosas que no nos eran permitidas en ese entonces, luego de tener DNI añoramos otras cosas que aún no tenemos o nos la pasamos recordando cuando éramos más chicos y no teníamos las responsabilidades actuales.

El caso es que cuesta apreciar el momento presente y lo cierto es que no volverá más. Creemos que más adelante las cosas se resolverán más fácilmente o tendremos menos dificultades de las actuales, lo cierto es que eso no lo podremos saber hasta vivirlo. En ese sentido conviene apreciar y aceptar lo que tenemos ahora, la etapa que nuestros hijos están viviendo con sus aspectos agradables y desagradables. Por ejemplo: si tiene dos años te queda poco tiempo para seguir cargándolo pues luego no podrás y tampoco le gustará mucho a tu niño(a).

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A modo de conclusión:

Así como necesitamos meternos al agua para aprender a nadar, se aprende a ser padre/madre siéndolo, más allá de los cursos y libros a los que se puede haber accedido previamente, la maternidad/paternidad supone un gran desafío y la tendencia suele ser vivir añorando el futuro o con nostalgia del pasado cuando aparecen los aspectos no tan agradables con los cuales no sabemos cómo lidiar. Por ello es importante vivir el presente, y recordar que el aprendizaje es un proceso.

 

Claudia Acosta Orellano

Psicoterapeuta de Libera

C.Ps.P. 32077

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