Al inicio de la vida, los niños dependen completamente de los cuidados de sus padres, son ellos quienes deben alimentarlos, asearlos, etc., sin esto no podrían sobrevivir, pero a medida que los niños van creciendo, es vital que vayan adquiriendo independencia, ya que esta se construye poco a poco con el pasar de los años.

Es normal observar expresiones de los niños que demuestran su exigencia de autonomía, quieren hacer sus cosas solos (¡déjame yo lo puedo hacer papá/mamá!) y se niegan a recibir ayuda (con la mirada atenta de los padres ante el posible error o acierto del niño). En este proceso que dura toda la etapa de desarrollo, lo padres tienen la tarea de alentarlos a seguir por el camino de la autonomía y, sobre todo deben apoyarlos a iniciar la búsqueda de su autonomía.

¿Cuáles son los beneficios de propiciar la autonomía en los niños?

El desarrollo de la autonomía genera muchos beneficios en la vida del niño, tanto en su presente como en su vida adulta (recordemos que el adulto dependiente e inseguro es así por la crianza que recibió, y no por “contagiarse” de algo en la edad adulta).

A continuación, mencionamos algunos beneficios:

  • Aumenta la creatividad e incentiva una actitud emprendedora.
  • Desarrolla la empatía para el trabajo y esfuerzo de otros.
  • Mayores herramientas para tener un buen rendimiento escolar.
  • Desarrolla su independencia y lo previene de relaciones interpersonales dependientes disfuncionales.
  • Favorece el desarrollo de capacidades como la toma de decisiones y la resolución de problemas.

¿Cómo podemos criar niños independientes?

  • En primer lugar, lo padres deben saber lo importante que son como modelo de comportamiento para sus hijos, por lo tanto, si soy un adulto inseguro y dependiente es muy difícil que nuestros niños encuentren en nosotros alguien a quien imitar para desarrollar la independencia. Recordemos se habla mejor con el ejemplo.
  • A través de las actividades diarias, los padres pueden funcionar inicialmente como modelos y luego darle la oportunidad al niño de imitar la acción que deseamos que aprendan, por ejemplo, al enseñarles a amarrar sus zapatos al inicio pueden amarrar uno los padres y dejar que los niños prueben con el otro, cositas como estas ayudarán muchísimo al desarrollo de su autonomía.
  • Dar instrucciones claras y oportunidades de equivocarse, los padres no deben exigir al niño que las cosas le salgan bien al primer intento, es importante que alienten a los niños a aprender de sus errores. Debemos evitar el castigo ante el error con burlas o frases como: ¡Ya te expliqué mil veces!, ¡Nunca aprendes! ¡tu hermano o primo lo hace mejor que tú! El resultado de esto es la baja autoestima e inseguridad para atreverse a hacer las cosas por sí mismo.
  • Reconocer sus logros es parte importante del proceso, a pesar de que no cumpla los objetivos de la tarea, es fundamental que los padres reconozcan y alaben los aspectos positivos, de forma pública o privada.
  • Tratemos de no desesperarnos y hacer las cosas por nuestros hijos, démosle la oportunidad, a su manera con aciertos y errores que lo hagan por ellos mismos, ya que cada oportunidad es grandiosa para que los niños practiquen la autonomía.
  • Enseñar con cariño, compresión y un lenguaje adecuado para la edad del niño, es importante que los padres eviten alzar la voz, gritar o usar apelativos burlones cuando los niños no consiguen realizar la acción que se espera. Es más didáctico para el niño una palabra de aliento acompañada de un tono de voz cálido.

¿Cómo padres que podemos hacer si esto nos resulta complicado?

Cuando los niños presentan dificultades en el desarrollo de su autonomía y los padres sienten que la situación escapa de su control, pueden buscar ayuda con un psicólogo que brinde el servicio de consejería para padres.

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