Aunque siempre relacionamos la depresión con personas adultas, ésta también puede estar presente en niños. Así, la depresión infantil puede ser provocada por estrés y cambios importantes en la vida del niño como la pérdida de los padres, problemas familiares, un divorcio; eventos que, en definitiva, pueden alterar el estado emocional de los pequeños.

Los niños que tienen mayor riesgo de sufrir depresión son aquellos que viven con mucha tensión, perdieron algún familiar o tienen problemas de aprendizaje o sufren de algún desorden de la conducta o atención o problemas de salud mental.

Debido a que todos los niños no son iguales y que por lo tanto cada uno tiene su propia manera de desenvolverse en el mundo que lo rodea, es necesario conocer bien al pequeño para saber si hay algún cambio notable en su comportamiento.

El niño deprimido puede simular estar enfermo, se rehúsa a ir a la escuela, juega menos o deja de hacerlo, expresa el deseo de no querer separarse de los padres o tiene miedo de que uno de los padres fallezca. Padres y profesores deben estar atentos a estos cambios, pues estos les indicarán

Otros cambios que se deben tomar en cuenta son:

  • Siempre está triste y llora con mayor facilidad.
  • Siempre está cansado o se aburre rápido.
  • Se presenta irritable o muy sensible a pequeñas frustraciones haciendo rabietas con mayor facilidad.
  • Su energía y concentración disminuye.
  • Se aleja de la familia y amigos.
  • Escoge finales tristes para sus cuentos.
  • Se orina en la cama o habla como bebé (regresión).

Una vez que los padres han identificado estos signos de alerta, es tiempo de pedir ayuda al especialista, quien para poder realizar un buen diagnóstico de depresión infantil debe entrevistarse con los padres y así conocer a profundidad todos los datos necesarios respecto al niño. Además, el especialista establecerá pautas de actuación dirigida a los padres.

Nuestros últimos artículos de psicología:

Abrir chat
1
Hola, gracias por comunicarte con Libera😀
¿En qué podemos ayudarte?