¿Existe algo así como una familia completa?
Si colocas en Google la palabra “familia”, aparecen en primer lugar esta definición: “grupo de personas formado por una pareja (normalmente unida por lazos legales o religiosos), que convive y tiene un proyecto de vida en común, y sus hijos, cuando los tienen.
Una definición bastante excluyente, ¿no te parece? De ser así, muchas personas podrían no aplicar para ser “familia”, parece que esa definición se refiere a la “familia completa” que tanto se menciona, papás e hijos juntos bajo el mismo techo.
Quizá la segunda definición que aparece en la web hace más justicia por su amplitud: “conjunto de ascendientes, descendientes y demás personas relacionadas entre sí por parentesco de sangre o legal”.
Y ni hablar si intentamos definir a la “familia nuclear”. El punto es que hay distintos tipos de familia, y no necesariamente una es mejor que otra. La familia “disfuncional” no es aquella que carece de la presencia de alguno de sus miembros, sino aquella que no logra satisfacer las necesidades de sus integrantes. De hecho, para este tema en específico preparamos otro artículo al cual podrás acceder a través del siguiente link: ¿El haber crecido en una familia disfuncional determina mi vida?.
Ahora, volvamos al tema. Si ya se expuso que una familia disfuncional no es necesariamente aquella en la que faltan alguno de los miembros (por ej. ausencia de padre o madre), entonces el que una familia sea “completa” o no, debería ser establecido en función de cuánto satisface las necesidades de sus miembros, y no por el número de integrantes que la conforman.
¿Cuáles son los tipos de familia?
En la literatura se han descrito distintos tipos de familia, y cada vez más se van diversificando. Siguen algunos tipos de familia:
Nuclear: hace referencia a la familia tradicional conformada por ambos padres e hijos.
Extensa o compleja: familias en donde conviven tres o más generaciones (es decir, bisabuelos, abuelos, padres, hijos, tíos).
Monoparental: conformada por un solo progenitor y su hijo (a).
Reconstituida: cuando nos núcleos familiares se unen (por ej. familias con padres divorciados que forman nuevas nupcias e inician convivencia con madrastras, hermanastros, etc.).
¿Entonces, cuáles son las funciones de una familia?
En general, para que una familia sea funcional, debería poder satisfacer las siguientes necesidades:
Biológicas: cubrir necesidades básicas como la alimentación, sueño, higiene, protección de riesgos físicos en general.
Cognitivas: la familia como un medio para recibir la estimulación necesaria para conocer el mundo y desenvolvernos en él.
Afectivas: es importante que la familia nos brinde sensación de confianza, seguridad, apoyo emocional y protección de nuestro bienestar emocional en general.
Sociales: constituye una red de apoyo social, así como nos ayuda a desarrollar nuestras habilidades sociales, autonomía e independencia.
Educativas: la familia nos forma para poder ser buenos ciudadanos, fuente de aprendizaje de valores, principios, moral y ética.
A modo de reflexión
Muchos vienen a consulta con la preocupación de que nunca han tenido “una familia completa”, o que temen que sus hijos no la tengan. En la mayoría de los casos se trata de padres o madres que están ausentes por diferentes motivos (por ej. fallecimiento, separación o divorcio, o que simplemente nunca estuvo).
Frente a esta angustia, las personas optan por diversas medidas. Por ejemplo, padres separados y en conflicto tratan de aun mantener la convivencia por “el bien de los hijos”. Sin embargo, esta medida termina desencadenando consecuencias que van en detrimento del bienestar emocional de los hijos ya que, ¿quién quiere ver a sus papás infelices y presenciar peleas todo el tiempo? Recuerda, lo que más quiere tu hijo es verte feliz. Si deseas profundizar acerca de este tema, tenemos otro artículo para ti: ¿Es posible seguir conviviendo con mi ex pareja?
Otra medida que pueden tomar los padres es tratar de ocupar un doble rol. Esto es, si falta la madre, el padre se ve en la angustia y obligación de creer que tiene que ser papá y mamá a la vez, o viceversa. Pero, esto no tiene que ser necesariamente así.
Lo importante es, en primer lugar, tratar de cumplir con las funciones antes mencionadas, lo más que se pueda. Y, en segundo lugar, comprender que aun así la familia no lo abarca todo, y por suerte, existen otras redes de apoyo que pueden contribuir al bienestar emocional de la persona, tales como amigos, compañeros, docentes, entre otros.
Beatriz Azabache
Psicóloga de Libera
C.Ps. P. 36603
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