La experiencia de estar solos

Siempre hay momentos en los que nos sentimos solos, de una forma más intensa o tenue, pero el abrazarnos a nuestra soledad siempre es una posibilidad. Es así que, estar con nosotros mismos, no es esencialmente algo malo, peligroso o sinónimo de enfermedad mental.

El problema es cuando llevamos a un absurdo aislamiento nuestra existencia, desconectándonos de las infinitas posibilidades que nos da la vida.

A este intenso estado de aislamiento existencial, donde la relación con las demás personas queda fraccionada a la satisfacción de las propias necesidades con estos “objetos”, podemos llegar de diferentes maneras -repasar las mismas no es materia del presente documento- pero sus manifestaciones suelen caracterizarse por un espacio de desconexión con los demás y con el mundo, siendo el daño colateral la desconexión con nosotros mismos.

Dicho aislamiento puede expresarse de diversos modos, aquí un breve ejemplo:

José es una persona exitosa y se ha desarrollado amigablemente con su entorno pero de un tiempo a esta parte se siente realmente solo, cree que los demás no lo comprenden pero posiblemente ni él se está comprendiendo. Todo va perdiendo sentido y se convierte en un gran absurdo. Las bromas de sus amigos se sienten vacías y no hay reuniones familiares que lo energicen. Su visión del amor se vuelve egoísta y simplemente quiere que alguien lo saque de ese estado, dejando de importarle realmente lo que sienta la otra  persona.

Con el tiempo esta abrumadora experiencia de aislamiento, va convirtiendo a José en una persona apática, irónica, superficial, pero sobre todo en alguien que se ha acostumbrado a vivir con este dolor en su ser.  

Algo que al ir creciendo va eliminando su potencial humano e incluso lleva a darle un vistazo a la posibilidad del corte de su existencia “absurdamente sufrida” fantaseando con la posibilidad del suicidio. Pero, es curioso, hasta en esa extrema circunstancia la fantasía de José, por ser entendido, está presente.

¿Cómo salir del estado de desconexión con uno mismo?

Salir de este estado es complicado, pero no imposible. Requiere de la voluntad de enfrentarnos al dolor de fallar, de nuestros temores con el abandono y el rechazo, de nuestra angustia e inseguridad de no cumplir nuestro potencial, pero sobre todo de existir… de tratar de estar aquí, contigo mismo, con otros, con el mundo.

Descubrir que la cueva que nos tiene presos no tiene puertas, es una experiencia transcendente en nuestra vida e importante para salir de este aislamiento. Todo esto irá desarrollando el sentimiento de libertad y responsabilidad, necesario para darnos cuenta que podemos salir de este estado, siempre y cuando lo deseemos. La humildad es importante, para reconocernos como seres imperfectos y a la vez alentarnos cuando sintamos que las cosas no están sucediendo como nosotros desearíamos.

¿Es obligatorio hacer psicoterapia para salir de mi aislamiento?

La respuesta es no, simplemente la psicoterapia es una posibilidad más para ayudarnos, pero el salir de este estado se da en base a la responsabilidad del ejercicio de nuestra libertad y la voluntad de enfrentar nuestros miedos a pesar de dolor y la incomodidad.

Si encontramos, que es una odisea dolorosa y confusa hacerlo por nosotros mismos, entonces el proceso psicoterapéutico es una herramienta válida para aprender a contactarnos con nosotros mismos, con los otros y con el mundo.

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