Con el avance de las nuevas tecnologías, las diferentes formas de comunicarse e intercambiar información han ido apareciendo, entre estas nuevas formas de interacción encontramos el sexting, el cual se ha convertido en una práctica bastante popular especialmente entre los adolescentes, quienes muchas veces no advierten los riesgos de esta conducta, dando a conocer información que podría resultar nociva.

¿Qué es el Sexting?

El Sexting consiste en el envío de contenido de tipo sexual, principalmente fotografías o vídeos propios, por medio de dispositivos electrónicos, generalmente celulares. Para muchos, el sexting es parte de la expresión libre de la sexualidad, sobre todo cuando el que envía el mensaje lo hace de forma voluntaria; sin embargo, se vuelve una actividad peligrosa, debido a que, al enviar una fotografía, se pierde el control de esa imagen imposibilitando su recuperación. La persona que la recibe puede reenviar la imagen, copiándola, publicándola en internet o compartiéndola con otra persona, riesgo que muchas veces no se toma en cuenta, creyendo que no se llegará a pasar por una situación similar, confiando en las personas a las que les envía el contenido. En muchos países el sexting es considerado delito y establecen penas ejemplares para quien comparte una de estas imágenes con contenido sexual, pero más allá de los castigos y delitos, es importante conocer las motivaciones de los jóvenes para verse involucrados en estos escenarios.

¿Por qué se involucran los adolescentes en estas situaciones de riesgo?

En la adolescencia, las dudas están a la orden del día, sobre todo cuando se trata de sexualidad, tomando en cuenta que vivimos en una sociedad donde muchos de los temas relacionados a ella siguen siendo tabú, como consecuencia los adolescentes y jóvenes acuden a medios digitales como una opción para experimentar placer y erotismo, considerando que es el medio más accesible para buscar información sobre comportamientos sexuales.

Existen muchos factores que impulsan a los adolescentes a adoptar esta conducta, por ejemplo; poco conocimiento sobre las consecuencias de sus actos, baja percepción de riesgo, deseo de aprobación por parte de sus pares, sentirse comprendido por sus amigos y con ello, obtener su atención; elementos que en la mayoría de los casos están relacionados a bajos niveles de autoestima y poco sentido de pertenencia familiar.

¿Cómo puedo actuar?

Como padres, es importante hacernos la pregunta ¿Qué está faltando en casa, para que mi hijo intente encontrar en otros contextos? Probablemente la respuesta nos ayude a llevar a cabo de mejor manera los siguientes puntos:

Ser su aliado:

En primer lugar, es importante establecer un clima de confianza con nuestros hijos para que ellos sepan que ante cualquier duda pueden acudir a nosotros. Los adolescentes se sienten más cómodos de hablar con los padres cuando sienten que ellos los entienden, cuando no los juzgan y sobre todo están abiertos a escucharlos. Debemos tener en cuenta que el sexting puede pasar desapercibido para nosotros, ya que es muy fácil para los chicos esconder o borrar información de sus celulares cuando sienten que pueden ser descubiertos y resondrados; por lo tanto, mientras más confianza les demos, tendremos mayor oportunidad de saber cómo se encuentran.

Brindar información:

Cuando brindemos información sobre sexualidad, es importante por mucho que nos cueste, no “satanizar” el tema ni tampoco esperar necesariamente a que ellos sean quienes nos busquen, pues podemos tomar la iniciativa empezando con la conversación y preguntando lo que sabe a cerca del sexting, si lo considera un riesgo o si alguien cercano a él lo ha practicado; de esta manera recogeremos información previa que nos ayude a introducir el tema, responder a sus dudas y aclarar alguna información distorsionada. Por último, recordarles los peligros que existen en la red y explicarles sobre la pérdida de control de una imagen que ha sido subida al internet.

Fortalecer su autoestima:

Es importante que los menores de edad sean conscientes de sus recursos, habilidades y cualidades, pero es difícil que ellos lo tengan presente si los padres no empezamos por reconocerlo, estos elementos jugarán un papel muy importante en la forma como actuarán los adolescentes ante la presión de grupo; si no se sienten comprendidos y queridos por las personas a quienes más admiran, buscaran otros modelos con los que, a su parecer, se sientan aceptados y reconocidos.

Supervisar el uso de aparatos tecnológicos:

En este sentido es muy importante no actuar de modo radical, muchos padres prefieren restringir, del todo, el uso de los aparatos electrónicos y redes sociales, para sentir así que su hijo está “fuera de riesgo”; sin embargo, esto puede traer más resistencia por parte de los adolescentes ya que pueden pensar que los adultos no los entienden y que por esa razón, les están quitando todo lo que le gusta sin tomar en cuenta sus sentimientos. Por otro lado, existen padres que tienen un estilo más permisivo y no ejercen supervisión de los espacios que visitan sus hijos en el internet o no hay control sobre las horas que pasan conversando con una persona, dicho factor también puede ser perjudicial ya que no se les explica los riesgos a que a los que pueden estar expuestos. Por lo tanto, es importante supervisar los contenidos a los que accede nuestros hijos, conocer con quien mantienen comunicación y sobre todo hacerles saber que queremos lo mejor para ellos, inculcándoles que confiamos en su capacidad para tomar buenas decisiones.

A pesar de la dificultad que pueden traer estos temas, es relevante conversarlo con nuestros hijos, generando espacios de diálogo en los que no se tenga que esperar que el problema ocurra para tomarle importancia correspondiente. Si existen otros problemas relacionados y sienten que se ha perdido el control de ciertas situaciones, es recomendable buscar ayuda profesional.

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