La separación de un matrimonio resulta complicada, no solo para las personas que se están separando, sino también para los demás implicados como los hijos por ejemplo.

Ante dicha separación, existen múltiples maneras de enfrentarlo. Una de ellas es a través del síndrome de alienación parental.

¿Qué es la alienación parental?

Es un trastorno caracterizado por un conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor transforma o manipula la conciencia de sus hijos, mediante distintas estrategias, con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor hasta hacerla contradictoria con lo que debería esperarse de su condición.

El término se refiere a la conducta llevada a cabo por el padre o la madre que conserva bajo su custodia y cuidado al hijo/a, y realiza actos de manipulación con la finalidad de que éstos, odien, teman o rechacen al progenitor(a) que no los tiene bajo su custodia o cuidados.

Inducir un síndrome de alienación parental a un hijo es una forma de maltrato con daños casi siempre de difícil reparación. Muchos de estos niños desarrollan trastornos psiquiátricos serios.

¿Cuáles son las consecuencias del Síndrome de Alienación Parental?

Ansiedad, miedo y estrés

El hecho de que el menor crezca en un entorno y con un progenitor que le habla continuamente mal de la otra parte, le acabará generando ansiedad, estrés y miedo que sin duda afectará a su desarrollo emocional y con ello su autoestima y seguridad.

Es frecuente que el niño se muestre nervioso cuando está en presencia del progenitor del que escucha tantos comentarios negativos, e incluso puede que sienta miedo hacia él si la otra parte le ha contado historias basadas en mentiras con el único fin de asustarle y ponerle en contra.

Sentirse subestimado en sus opiniones y sentimientos

Por otro lado, si el menor decide manifestar al «progenitor alienador» su opinión o sentimientos positivos con respecto al otro progenitor, puede que el primero le ridiculice o subestime por pensar así. De igual modo, el «progenitor alienador» le premiará conductas despectivas o de rechazo hacia la otra parte.

Odio hacia uno de los padres

La continua campaña de desprestigio llevada a cabo por el «progenitor alienador» acabará transformando la conciencia del niño, afectando a su salud mental y propiciando sentimientos de odio que obstaculizarán o destruirán los vínculos afectivos con el otro progenitor.

Esto hará que acabe tomando partido y posicionándose del lado del «progenitor alienador» (la parte más fuerte), rechazando la comunicación y el contacto tanto con la otra parte como con esa rama de la familia.

Sentimientos que perduran en la edad adulta

Estos sentimientos negativos acompañarán al niño hasta su etapa adulta, llegando padecer ansiedad, tristeza o carácter compulsivo en su vida diaria.

Algunas recomendaciones:

  • Reconocer que este tipo de conductas y actitudes solo dañan a los niños.

  • Reflexionar acerca de ello, buscar ayuda profesional de ser necesario, de modo que me permita controlar mis impulsos y canalizar mis emociones.

  • Finalmente, tomar acción y así evitar que este tipo de actitudes sigan repitiendo.

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