¿Qué es la realización personal?

Cuando un individuo alcanza un suficiente grado de madurez, al tiempo que logra una estabilidad en todas las facetas de su personalidad, consiguiendo —o, al menos, estableciendo unas bases firmes para ello— satisfacer sus anhelos y realizar la mayoría de sus proyectos, decimos de él que es una persona realizada.

¿Qué ventajas trae consigo la sensación de haberse realizado?

La realización personal trae consigo ventajas como:

  • La libertad,
  • La autonomía
  • El dominio de la situación,
  • Un equilibrio consigo mismo y con el exterior.

¿Se puede cuantificar? ¿Cómo se mide el grado de realización?

No existen baremos que marquen el nivel de realización idóneo, puesto que ésta es una cualidad relativa y, sobre todo, muy subjetiva.

Generalmente calificamos como «realizada» a una persona cuando la observamos en la cima de un estatus social, económico y profesional. No obstante, las perspectivas del supuestamente realizado pueden ser muy diferentes desde su fuero interno: «Sí, muy bien, pero yo no me siento satisfecho.»

La importancia de las metas no radica en ellas en sí mismas, sino en la interpretación psicológica interior que damos. Es por eso que aquí ya no existen normas: «Sobre gustos no hay nada escrito».

Lo que para unos es maravilloso, puede ser nefasto para otros. De ahí la diversidad de vocaciones y preferencias que pueden tornar en realizadas a las personalidades más dispares.

Cada uno tiene su propia vida y el deber de hacerse cargo de ella lo mejor que pueda. Satisfacer nuestros deseos dependerá de las metas que nos marquemos y del empeño que le coloquemos.

¿Cómo saber si soy “candidato” para la realización?

Todos estamos en posibilidad de construir la realización personal. Es importante ser práctico y, sobre todo, realista, definir los objetivos y actuar en congruencia con ellos, siendo consciente de las limitaciones propias y ambientales.

Tal vez la norma a seguir sea considerar la vida como una sucesión de momentos presentes que no debemos dejar escapar. Si nos vamos sintiendo satisfechos de los pequeños o grandes logros cotidianos es posible que con el tiempo la suma de éxitos conduzca a la realización personal.

Una persona realizada no es aquella que posee un estatus social, laboral y económico envidiables, sino aquella que se siente complacida con lo que hace, que tiene ambiciones positivas que le incitan a seguir superándose, pero sin angustias comparativas entre lo que ha conseguido y lo que le queda por lograr.

Consejos finales

Así que, a partir de ahora, tanto si sientes que te falta algo como si no, plantéate a menudo si tienes los dos ingredientes clave para sentirte satisfecho: si te sientes realizado con lo que haces y si, además, hay retos y logros frecuentes (por supuesto la frecuencia la determinas tú, cada persona es distinta).

Y si no es así, es hora de plantearse cuál de estos ingredientes te falta y qué necesitas para lograrlo.

Si lo que te faltan son desafíos plantéate cómo puedes conseguirlos y si es imprescindible que estén presentes en tu trabajo, en tu carrera profesional.

A veces puedes añadir logros personales en otras áreas (por ejemplo, si eres deportista) y ya es suficiente. Otras veces, de verdad necesitas que tus logros sean profesionales, y entonces tienes que analizar si tu situación actual te permite conseguirlos o no y qué puedes hacer al respecto.

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