¿Por qué me siento bien al saber que a mi ex pareja le fue mal en el amor?

Es común que, tras una separación marcada por la infidelidad, aparezcan emociones complejas cuando nos enteramos de que la nueva relación de nuestra expareja no prosperó. Incluso si no existe intención de retomar el vínculo ni de mantener amistad, muchas personas sienten cierto alivio o bienestar al recibir esta noticia. Pero ¿qué hay detrás de esa reacción emocional?

Una sensación de validación personal

Cuando una relación termina debido a una infidelidad, suele quedar la herida de haber sido reemplazado. Saber que ese vínculo no funcionó puede sentirse como una forma de reivindicación personal: una señal de que la decisión de tu ex pareja no necesariamente implicaba que tú “no eras suficiente”.

El cierre de una herida emocional

La traición deja cicatrices difíciles de sanar. Enterarse de la ruptura puede ayudar a cerrar un capítulo, al mostrar que aquella relación que causó tanto dolor tampoco resultó ser tan sólida como parecía. Esto puede dar paz y sentido de justicia emocional.

Equilibrio y liberación

Durante un tiempo, tu expareja pudo haber parecido tener una “ventaja” emocional o haber encontrado algo que tú no podías ofrecer. Que esa relación termine equilibra la percepción y, en cierto modo, reafirma tu posición. Esto no implica venganza, sino una liberación frente al pasado.

No querer volver, pero sentir alivio

Sentirse bien con la noticia no significa que exista el deseo de retomar la relación. Es posible estar cómodo con una distancia cordial, manteniendo comunicación solo por los hijos en común, y al mismo tiempo experimentar alivio por lo sucedido. Ambas cosas pueden convivir sin contradicción.