El dinero es importante, y todos somos conscientes de ello, pues en general vivimos en un tiempo en el que la salud cuesta, la educación también, y nos llega a hacer pensar que la vida misma tiene un precio. No hace falta ser un observador profesional para darse cuenta de este tema, basta con conversar 10 minutos con alguien acerca de lo que hará el fin de semana para darnos cuenta que el 90% de sus planes incluye el uso del dinero como un medio para obtener un fin que -quizá- le trae “felicidad” o “bienestar”.

¿Cómo es considerado el dinero?

Actualmente se considera al dinero como el medio que permite llegar a algo anhelado, deseado, algo que -como muchos creen- no se obtendría de alguna otra manera; pues ‘¿qué haría con mi novia si no vamos al cine, a un restaurant, o a un centro comercial el fin de semana?’, ‘No sé qué hacer con mi hijo en la casa, nos aburrimos juntos entonces mejor lo llevo a comer y a que juegue un rato en algún centro comercial, así se divierte él’, piensan algunos; o ‘¡Qué aburrido estar en casa sin hacer nada, tengo que salir, sino me muero!”, exclaman otros.

Y surge una pregunta interesante, ¿Realmente no hay nada más que hacer, o lo que te hace salir y gastar es la angustia por no saber cómo llenar espacios y momentos con una persona, o con uno mismo?

Pregunta que lleva a la reflexión, pues para establecer un vínculo -sea de pareja, de amigos, de hermanos, padre-hijo, o incluso con uno mismo-, es importante aprender a estar con la persona, no llenarla de cosas y actividades, sino aprender a realmente estar. Es importante darse cuenta que el solo hecho de estar llena más que salir y hacer algo específico. Muchas veces las personas se rompen la cabeza pensando y pensando en planes para hacer con la pareja o hijos, sin darse cuenta que el problema no radica en que no tienen nada que hacer, sino en que no saben qué hacer cuando están juntos.

Estar con otro – estar conmigo

Para poder estar con otra persona, primero debo aprender a estar conmigo mismo, y eso implica la ardua tarea de conocerme, de tolerar mis angustias, mis caprichos, mis alegrías, mis gustos, mis pesares, mis temores, mis fantasmas.

¿Cómo evaluar y valorar el proceso de aprender a estar solo?

Conseguir todo ello no es sencillo, requiere un largo proceso, y uno se puede dar cuenta que va en buen camino cuando en un determinado momento puede llegar a estar en un cuarto completamente solo, y no tiene esta extraña necesidad de encender la televisión, coger el celular, ver una película o prender la radio con la simple intensión de que algún sonido “llene” el ambiente.

Cuando uno realmente puede estar solo -y consigo- es un momento en el que uno puede afirmar que está en capacidad de estar con otras personas, aprendiendo a valorar su esencia y no tratar de satisfacer expectativas a través de objetos, listas interminables de planes, o juguetes caros.

Conocerse no es difícil, solo implica el verdadero encuentro con uno mismo, para poder estar con los demás; y encontrarse con uno es un camino que vale la pena recorrer.

¿La psicoterapia ayuda a este encuentro?

Sí, la psicoterapia permite construir un camino en donde, acompañado por la guía de un profesional, puedes descubrir algunas rutas para encontrarte y conectarte.

Si bien no es un proceso sencillo, tampoco es imposible. La terapia ofrece un espacio de desfogue, reflexión y crecimiento.

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