Entender la frustración en los niños

La frustración es una emoción natural que todos los niños experimentan cuando las cosas no salen como esperan. En el caso del fútbol —o cualquier actividad en la que haya comparación con otros— esta emoción puede hacerse más intensa, sobre todo si el niño siente que “no es tan bueno” como sus compañeros.
Cuando no logra alcanzar el mismo nivel de habilidad o reconocimiento, pueden aparecer sentimientos de tristeza, enojo o incluso vergüenza. En estos momentos, la forma en que los adultos reaccionamos influye directamente en cómo el niño aprende a gestionar sus emociones y su autovaloración.

Evita comparar y valida sus emociones

Un error común es intentar motivarlo con frases como “no te pongas triste” o “tú puedes ser el mejor si te esfuerzas más”. Aunque parten de una buena intención, este tipo de mensajes puede generar más presión.
En lugar de eso, valida lo que siente: “entiendo que te frustra no jugar igual que tus amigos, es normal sentirse así”. Validar no significa fomentar la queja, sino enseñarle que las emociones no son malas, sino parte del proceso de aprender y mejorar.

Refuerza el proceso, no solo el resultado

Ayuda a tu hijo a enfocarse en su propio progreso en lugar de compararse. Puedes decirle:

  • “Hoy lograste controlar mejor el balón.”

  • “Noté que corriste con más energía en el partido.”

  • “Estás aprendiendo a pasar el balón con más precisión.”
    Esto le permite ver que los avances no siempre son inmediatos, y que cada pequeño logro cuenta. Reconocer el esfuerzo más que el resultado fomenta una mentalidad de crecimiento y resiliencia.

Sé un modelo de manejo emocional

Los niños aprenden más de lo que observan que de lo que se les dice. Si te ven frustrarte fácilmente o compararte con otros, tenderán a repetir ese patrón. Mostrar calma, paciencia y empatía le enseña que el valor personal no depende del rendimiento.
Puedes aprovechar esos momentos para contarle alguna experiencia tuya donde también te costó mejorar, y cómo lograste hacerlo con constancia y práctica. Eso le dará perspectiva y cercanía emocional.

Fomenta un ambiente de disfrute

El objetivo principal de las actividades deportivas en la infancia es el disfrute, el aprendizaje y la socialización. Recuérdale que jugar es una oportunidad para divertirse, aprender trabajo en equipo y desarrollar habilidades, no una competencia constante.
Si notas que la presión o el perfeccionismo están afectando su motivación, considera hablar con su entrenador para ajustar expectativas o estrategias de apoyo.

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    ¿Cómo la psicoterapia puede ayudarte a acompañarlo mejor?

    Cuando las emociones de frustración son intensas o frecuentes, puede ser útil acudir a un proceso de psicoterapia infantil o familiar.
    La psicoterapia puede ayudarte a:

    • Entender mejor las necesidades emocionales de tu hijo.

    • Aprender herramientas de comunicación empática.

    • Fortalecer su autoestima y autoconfianza.

    • Promover la tolerancia a la frustración y la resiliencia.
      Un psicólogo infantil también puede trabajar directamente con el niño para ayudarlo a expresar sus emociones de manera saludable y encontrar nuevas formas de motivación personal.

    En conclusión

    Acompañar a tu hijo en sus frustraciones es una oportunidad para enseñarle sobre la paciencia, el esfuerzo y el amor propio. No se trata de eliminar las emociones difíciles, sino de ayudarlo a reconocerlas y manejarlas con confianza.
    Con tu apoyo y, si es necesario, con el acompañamiento psicológico adecuado, podrá disfrutar del fútbol sin compararse y aprender a valorar su propio proceso de crecimiento.

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