Quizá frecuentemente hemos escuchado a amigos o familiares expresar frases como “yo no merezco este tipo de cosas”, “¿por qué lo tengo que hacer yo?, que lo haga otro”, “merezco privilegios que los demás no”, etc.

¿Cuáles son sus características?

  • Son personas que, por lo general, demuestran un sentido de superioridad constante, se jactan de merecer permisos especiales y llegan a ofender y menospreciar el sentido y valor de las demás personas, por lo que pierden amistades o hasta sus familiares se alejan de ellos.

  • Tienen un desproporcionado sentido de su importancia.

  • Están preocupados por fantasías exageradas de éxito, poder, belleza o amor imaginarios.

  • Creen que son “especiales” y que solo pueden ser comprendidos o solo pueden relacionarse con otras personas que son especiales o de alto estatus.

  • Exigen una admiración excesiva.

  • Tienden a ser muy pretenciosos, irracionalmente esperan tratos de favor o que se cumplan automáticamente sus expectativas.

  • Explotan a los demás en sus relaciones, por ejemplo, saca provecho de ellos para alcanzar sus propias metas.

  • Carecen de empatía: no reconocen o no se identifican con los sentimientos y necesidades de los demás.

  • A menudo envidian a los demás o cree que los demás le envidian a él.

  • Presenta comportamientos y actitudes arrogantes y soberbios.

¿Cómo fue, probablemente, su infancia?

Lo más probable es que desde pequeños los hayan engreído demasiado, fundado en ellos la creencia de ser los mejores en todo, y quizá han aprendido de sus padres o cuidadores que por su condición –económica o social- están en la posición de tratar despectivamente a alguien. Les han dado cuanto premio han podido, incluso cuando su conducta no lo ameritaba, han sobre-reforzado sus habilidades y han aprendido desde pequeños a hacer distinciones entre ellos y el resto.

¿Cómo los ve el resto de personas?

La mayoría de personas podría pensar casi con naturalidad “ese chico tiene la autoestima alta” al escucharlo presumir de lo bueno que es en la esgrima, de la calidad de alemán que aprendió desde pequeño, o de lo fluido que habla el inglés gracias al colegio costosísimo en el que estuvo. Y si bien, tiene un conocimiento vasto de sus propias destrezas, encontramos también un carente sentido de humildad y empatía para con el resto, lo cual demuestra una importante falta de sensibilidad con el mundo que le rodea, restringiéndose a sí mismos la posibilidad de aprender del otro y de crecer como seres humanos, rescatando lo mejor de cada persona y cada vivencia, pues encerrados en un mundo pequeño de logros, diplomas y caprichos, se les cierra la puerta al conocimiento interno y externo.

Finalmente, es importante señalar que la necesidad de menospreciar a otros para que ellos se sientan superiores revela que la autoestima de estas personas no es tan alto como aparentan, pues quizá en el fondo se sientan mal, quizá se sientan tristes por la falta de afecto o contacto emocional con sus seres queridos, y por último, quizá esta actitud solo es su manera imperiosa de pedir ayuda a gritos.

En caso te hayas sentido identificado con las características descritas, no dudes en buscar ayuda profesional. Una profunda revisión personal puede ayudar a comprendernos, trabajar en la humildad y amabilidad, en encontrarle o darle otro sentido a las cosas, en ver a las personas de manera más humana y finalmente, en permitir un espacio de encuentro con uno mismo.

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