El nacimiento del primer hijo es una de las experiencias más hermosas que existe y aunque la maternidad y la paternidad son etapas que se viven con mucha ilusión, también suponen la llegada de cambios en la forma de vida que pueden afectar de diferente manera a la pareja.

Es un gran acontecimiento para la familia, es toda una revolución, pues cambia totalmente la vida de la pareja.

Significa el paso de ser dos a tres, de ser una pareja a ser una familia. Las prioridades cambian. La llegada del primer bebé implica un cambio radical. Supone empezar a pensar en la vida junto a él, preparar el hogar para acogerle, prepararse los padres para criarlo, y asumir su nuevo rol de padres primerizos.

El nuevo miembro de la familia acapara toda la atención de los padres, y el espacio y el tiempo que antes era de dos ahora queda ocupado por completo por las atenciones que requiere el bebé.

La pareja y la llegada de su primer bebé

Por lo general, los recientes papás han decidido dar un paso más en su relación con la decisión de engendrar un hijo, teniendo en cuenta las responsabilidades que esto conlleva.

El cuidado del bebé repercutirá en el día a día de la pareja y en la división de tareas como amamantar, cambiar los pañales, los baños, paseos y, en definitiva, implicará menos horas de sueño y de dedicación tanto a la pareja como a sí mismo.

La madre ve alterada en mayor grado su vida debido al periodo de recuperación necesario tras el parto, la lactancia materna y la baja laboral por maternidad, en caso de ser mujer trabajadora.

En algunas ocasiones pueden darse casos de depresión posparto que requerirán tratamiento psicológico y el apoyo de la pareja.

Por otro lado, las relaciones sexuales también pueden verse alteradas con la llegada del bebé. El cansancio y las atenciones que requiere el pequeño pueden provocar un descenso de la frecuencia que solían tener antes del nacimiento o del embarazo y llegar a causar frustración.

Además, los padres primerizos suelen presentar actitudes sobreprotectoras con el bebé por el miedo a que le suceda algo malo, lo que también puede causar la aparición de conflictos dentro de la pareja.

Consejos para la pareja primeriza

Primero, es importante que los padres se comprometan a tener un bebé siendo conscientes de la responsabilidad que esta etapa supone, y nunca buscar la llegada de un hijo como posible solución para los problemas de pareja.

Cuando nace el bebé, es habitual que la madre intente cargar toda la responsabilidad de la crianza sobre sus espaldas, aunque se sienta exhausta. Por ese motivo es recomendable que se deje ayudar por su pareja e incluso por los abuelos, los tíos o los amigos, que además podrán así ser partícipes de la llegada del nuevo miembro a la familia.

En el caso de los padres primerizos suele ocurrir el caso contrario, que se sientan desplazados o incluso un estorbo a la hora de cuidar al pequeño. El papá no tiene que situarse como un mero observador, sino que debe participar en el proceso y disfrutar poco a poco del vínculo padre-hijo que se irá creando.

Respecto a las tareas del hogar y del cuidado del recién nacido, es aconsejable hacer un reparto equitativo para evitar la sobrecarga de trabajo y los conflictos que pueden surgir por esta cuestión.

Por otro lado, es importante que no se descuide la relación de pareja. Aunque los primeros meses el bebé absorba por completo la atención de los padres, también es fundamental que ellos pasen momentos juntos e íntimos y que mantengan una comunicación sana sobre el maravilloso periodo que están viviendo.

Sugerencias finales

En caso se presenten dificultades dentro de la pareja, lo que no debemos olvidar es que tenemos a este nuevo/a niño/a gracias al amor que los unió, y que ese amor hay que cuidarlo también porque, al igual que el bebé, no sabe cuidarse solo.

Recuerda que de la misma manera que tu bebé necesita tu sonrisa, tu pareja también, y que al igual que tu bebé necesita tus caricias y tus mimos, tu pareja también.

Dedicarle tiempo en exclusividad hará que tu relación se reavive, por lo que no está de más que busques algún tiempo a la semana para estar a solas los dos juntos. No olvides que no es tan importante la cantidad de tiempo, como la calidad del mismo, por lo que cinco minutos de dedicación exclusiva valdrán mucho más que una tarde juntos pero cada uno dedicado a lo suyo.

Y lo más importante que tenemos que tener en cuenta, ya que es la clave para pasar este periodo con éxito, es que es absolutamente necesario ser pacientes y comprensivos tanto con los que nos rodean como con nosotros mismos, puesto que todos estamos aprendiendo unos de otros.

Si seguimos estos consejos, poco a poco, la situación se irá normalizando y volverá a ser la de antes, pero con una versión mejorada con la llegada del nuevo miembro de la familia. Y si no es así, siempre puedes pedir ayuda especializada.

 

Nuestros últimos artículos de psicología:

Abrir chat
1
Hola, gracias por comunicarte con Libera😀
¿En qué podemos ayudarte?