A lo largo de nuestra vida vivimos distintas situaciones, las que nos producen sentimientos e interpretaciones diferentes. Por diversas razones, se pueden dar circunstancias en las cuales dichas experiencias podrían no quedar resueltas, sobre todo a nivel emocional; por consecuencia, ello podría generar que el asunto inconcluso obtenga una especial relevancia en nuestra vida, manteniendo una influencia negativa.

Respecto a lo anterior, es posible que algunos de los asuntos que quedaron sin un cierre emocional lleguen a manifestarse dentro de una nueva relación de pareja, puesto que, en ocasiones, uno de los miembros podría mantener un asunto inconcluso, como por ejemplo una desconfianza generalizada a raíz de episodios de infidelidad anteriores. Dentro de la relación con la pareja, como consecuencia de intentar resolver algo que no corresponde a ese tiempo ni espacio, se podría dar paso a malas interpretaciones por parte de alguno de los miembros, así como frustración o percepciones de injusticia; o, por otro lado, podría llevar a no expresar lo se siente por temor a que la necesidad siga sin ser satisfecha.

Tomemos como ejemplo el caso de una persona que no haya tenido un padre muy amoroso y preocupado durante su infancia, y que, a raíz de estas experiencias, puede intentar recibir y expresar afecto dentro de sus vínculos posteriores sin lograrlo. Esta persona creció con una carencia emocional respecto a la situación que vivió con su padre, lo cual, de intentar resolver a través de la relación de pareja, podría generar en el otro una sensación de frustración.

El vivir continuamente en el pasado nos impide revisar el presente y disfrutarlo adecuadamente. Al dedicar mucha energía en tratar de concluir o resolver emocionalmente una experiencia anterior mientras se inicia o mantiene una relación amorosa, se podría desatender nuevas situaciones con nuestra pareja, así como podrían darse formas de interpretar al otro que se encuentren parcializadas o excesivamente influenciadas por temores basados en hechos pasados.

Es por ello que es importante tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Revisar nuestros asuntos inconclusos con un especialista ya que es posible que nos cueste conceptualizarlos, entenderlos y por ende resolverlos.
  • Conversar con la pareja sobre lo que nos ocurre y lo que sentimos, la comunicación constante hará que evitemos malentendidos y fomentará empatía para entender al otro.
  • Intentar distinguir qué situaciones no cerradas corresponden al pasado y cuáles al presente, de esta forma, podremos situar con quién debe ser resulta.
  • Expresar lo que necesito y siento, de esta forma podré dar a conocer qué es lo que deseo y tendré mayores posibilidades de satisfacer mi necesidad.
  • Evitar pensar que “dar tiempo al tiempo”, es la forma más efectiva de resolver los conflictos, si bien el tiempo ayuda, es necesario tomar acciones sobre lo que nos genera malestar.
  • De darme cuenta de que estoy insatisfecho(a), tomar cartas en el asunto, no esperar a que la situación inconclusa deteriore mi relación generando resentimiento, desconfianza y desesperanza.

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