Las personas somos seres emocionales, nos movemos y accionamos cuando estamos siendo impulsados por una determinada emoción. Por tanto, es común que un día estemos tristes, sin ganas de hacer nada, mientras que otro día estemos completamente felices y motivados para hacer diferentes actividades. Además, es normal que sintamos frustración o enojo cuando algo no nos sale bien o cuando no logramos cumplir con nuestras expectativas. Mejor dicho, todas nuestras emociones son naturales, es más, contribuyen a que nos desenvolvamos de forma saludable pues nos ayudan a conseguir nuestros objetivos, a comunicarnos, relacionarnos, y a sobrevivir.

Sin embargo, el problema surge cuando las emociones en vez de contribuir a nuestra vida comienzan a hacer todo lo contrario, destruyendo nuestras relaciones personales, provocándonos enojo por cualquier cosa o volviéndonos intolerantes con la gente que no piensa igual que nosotros. Es decir, el problema aparece cuando las personas se dejan llevar pura y exclusivamente por sus emociones, dejándose llevar por lo que sucede en el momento, cambiando de sensaciones constantemente y reaccionando a todo estímulo externo, perdiendo la capacidad de autocontrol. En psicología, esto se denomina inestabilidad emocional.

¿Qué es la inestabilidad emocional?

La inestabilidad emocional o desequilibrio emocional, es un rasgo de la personalidad que se caracteriza por la variación constante de los sentimientos y los estados emotivos, sin motivo aparente o por causas insignificantes que a la persona le parecen enormes razones para cambiar de la alegría a la tristeza y viceversa. Las personas que lo padecen se encuentran en un sufrimiento constante, donde su vida siempre está al límite.

¿Cuáles son los síntomas de la inestabilidad emocional?

  • Poca tolerancia a la frustración.
  • Respuestas emocionales y conductuales muy intensas y extremas como la ira, la agresividad (ya sea con uno mismo o con los demás), el consumo de drogas y la promiscuidad.
  • Impulsividad, no piensan las consecuencias antes de actuar.
  • Baja autoestima. Esto alimenta la desconfianza en los demás.
  • Suelen ser dependientes e inseguros. Necesitan apoyarse en los demás.
  • Pensamiento dicotómico (o es blanco o es negro).
  • Suelen ser enamoradizos e idealizan a las personas.
  • Inconstancia para perseverar un objetivo marcado.
  • Problemas de comunicación y pocos recursos para afrontar situaciones difíciles.
  • Incapacidad de separar. Tienen gran dificultad para separar los diferentes ámbitos de su vida, conflictos familiares se trasladan a la pareja, el trabajo o los amigos.
  • Sentimiento de vacío interior.

La inestabilidad emocional provoca un encierro interno a pesar de las expresiones explosivas o eufóricas. Esto genera problemas de comunicación y disminuye la capacidad de expresar lo que se siente de forma adecuada. Por el contrario, confunde a los demás con explicaciones y justificaciones acerca de su estado de ánimo y reacciones. De esta manera, se hace imposible para quienes lo rodean entender qué le pasa y qué le está afectando. Salir de este círculo es, muchas veces, muy difícil.

¿Qué podemos hacer?

El tratamiento para la inestabilidad emocional es la psicoterapia y dependiendo del caso puede llegar a ser necesario el trabajo en conjunto con psiquiatría. Si bien las personas inestables no cambian de un día para otro, con la ayuda profesional pueden llegar a superarse y encontrar armonía, equilibrio y realización personal.

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