Las relaciones extramaritales o no oficiales suelen estar envueltas en misterio, deseo y culpa. Sin embargo, más allá de la atracción y la adrenalina inicial, muchas personas se preguntan: ¿es realmente sostenible, a nivel emocional, mantener una relación de amantes en el tiempo? Este artículo explora las implicancias psicológicas de este tipo de vínculos y cómo enfrentarlos desde una mirada terapéutica.

Dinámicas comunes en una relación de amantes

Las relaciones de amantes suelen caracterizarse por encuentros esporádicos, una fuerte carga de deseo y una comunicación limitada por el secreto. Con el paso del tiempo, estas dinámicas pueden derivar en dependencia emocional, frustración o desgaste, especialmente si una de las partes espera algo más que encuentros ocasionales.

El vínculo afectivo en la sombra

Aunque la relación se mantenga en secreto, el vínculo afectivo es real. Los sentimientos que se desarrollan —como el apego, el amor, los celos o la tristeza— no se anulan por la falta de oficialidad. Sin embargo, la imposibilidad de mostrarse libremente puede generar una sensación de invisibilidad y baja autoestima en una de las partes.

Culpabilidad y disonancia emocional

Una relación paralela puede generar sentimientos de culpa, especialmente cuando hay terceros involucrados, como una pareja estable, hijos o familias completas. Esta disonancia emocional, al mantenerse en el tiempo, puede producir ansiedad, estrés crónico y conflictos internos difíciles de gestionar.

El miedo a la pérdida y la fantasía de un futuro posible

Muchas personas que mantienen relaciones de amantes durante años lo hacen con la esperanza (o ilusión) de que en algún momento esa relación se transforme en la principal. No obstante, esta expectativa rara vez se cumple, y el miedo constante a perder al otro o a quedar en segundo plano puede deteriorar profundamente el bienestar emocional.

¿Qué sostiene una relación de amantes en el tiempo?

  • La evasión de conflictos de la relación principal

  • La idealización del vínculo prohibido

  • El miedo a estar solo/a

  • La esperanza de que el otro deje a su pareja

  • La sensación de aventura o escape

Estos elementos pueden dar la ilusión de sostén, pero difícilmente construyen una base emocional sólida a largo plazo.

    ¿Cómo la psicoterapia puede ayudarte en este tipo de vínculo?

    La psicoterapia ofrece un espacio seguro para explorar las emociones complejas que surgen en una relación de amantes: culpa, dependencia, miedo, frustración, y también deseo. A través del acompañamiento terapéutico, es posible:

    • Entender qué necesidades emocionales están siendo cubiertas con este vínculo

    • Explorar patrones repetitivos de relación

    • Fortalecer la autoestima

    • Tomar decisiones más conscientes y alineadas con tu bienestar

    • Aprender a gestionar el dolor emocional que conlleva una relación no correspondida o limitada

    En el caso de quienes están en pareja y sostienen una relación paralela, también puede ser una oportunidad para revisar el estado de su vínculo principal y enfrentar los conflictos que se han evitado.

    Reflexiones finales

    Una relación de amantes puede mantenerse durante años, pero eso no implica que sea emocionalmente sostenible. La falta de claridad, la exposición constante a sentimientos ambivalentes y la imposibilidad de construir un proyecto de vida visible juntos puede generar un gran desgaste. Mirar hacia adentro, con honestidad y acompañamiento terapéutico, puede ser el primer paso para comprender qué necesitas realmente en tu vida emocional y vincular.

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