Tener descendientes puede resultar sencillo, sin embargo, asumir la responsabilidad de ellos hasta que puedan desenvolverse por sí mismos, requiere altas dosis de esfuerzo, y compromiso. Como pareja debemos adaptarnos a los cambios que implica tener un nuevo integrante en la familia, y demostrar solidez en nuestra relación, ya que esta nueva etapa exige mayor dedicación, entrega y paciencia.

Muchos nos hablan de lo bonito que es tener hijos, pero nadie nos advierte que nuestras aficiones y hobbies se pondrán en pausa por un tiempo, que habrá días en los que no nos alcanzará el tiempo ni para hablar con nuestra pareja y podrá haber momentos de crisis. Tener hijos cambia la vida de las personas, tanto en el plano personal como en el afectivo; es así que, en esta etapa, se necesita que la pareja distribuya eficientemente el incremento de las responsabilidades, sea flexible y este abierta al diálogo. Por ello, es imprescindible aprender a vivir con nuestros hijos, pero también a seguir cuidando de nosotros mismos, porque todo lo que no se cuida corre el riesgo de deteriorarse.

«Como pareja debemos adaptarnos a los cambios que implica tener un nuevo integrante en la familia, y demostrar solidez en nuestra relación, ya que esta nueva etapa exige mayor dedicación, entrega y paciencia.»

Desacuerdos en la pareja con la llegada de los hijos:

Con la llegada de los hijos, a pesar de las incidencias y responsabilidades que implican, también incrementan considerablemente la satisfacción y felicidad en la relación. Sin embargo, como mencionamos anteriormente, la pareja no está libre de los conflictos.

A continuación, detallaremos las principales razones de crisis que afrontan los nuevos padres:

  • Cambio de prioridades: El bebé se convierte en la nueva prioridad, y la vida de pareja se descuida ya que todo el tiempo libre es para el cuidado de los hijos.
  • Relegación del padre: El distanciamiento en las parejas es un enemigo silencioso, ya que pasa desapercibido hasta que se convierte en crisis. En mayor medida son las mujeres quienes dedican la mayor o totalidad de su tiempo al bebé, y se olvide totalmente las necesidades afectivas de la pareja.
  • Pasión e intimidad: Muchas veces la cuna se coloca en el cuarto de los padres y retomar las relaciones sexuales se complica, lo cual suele generar tensión y frustración en sus miembros.
  • Tareas domésticas: Atender al bebé limita el tiempo para las tareas del hogar, y si no se establecen y cumplen responsabilidades entre la pareja, ocasionando estrés y discusiones.
  • Depresión y crisis: Una causa sumamente común en las crisis de pareja son los cambios y desequilibrios hormonales que puede experimentar la mujer, en especial las madres primerizas.

Estrategias para cuidar el amor en la pareja:

Aceptación

El primer paso es la aceptación, si se niegan los problemas, la pareja tardará más, o no buscará, soluciones que le ayuden a superar las crisis de pareja.

Involúcrense

Involucramiento de ambos tanto en intención, esfuerzo y optimismo. Si no existe interés no existirá tiempo para la pareja.

Identifica

Identificar las causas de las discusiones y comenzar a buscar soluciones, por ejemplo, si una de las disputas es por las tareas del hogar; establecer horarios de acuerdo con el tiempo libre de la pareja: mientras uno atienda al bebé, el otro podría ordenar y limpiar la casa.

Evita

Evitar las críticas a la pareja; ello no arreglará nada.

Reserva tiempo

Reservar tiempo individual; dediquen al menos unos minutos para sí mismos, hablando con amigos o escuchando música. Deben quererse y cuidarse, no anularse, son padres, pero también personas.

Prioriza

Priorizar la relación de pareja; cuando la pareja comience a acostumbrarse a los cambios que implicó el nacimiento del bebé, se debe retomar la relación y cuidar de ella, tanto en la intimidad como en las actividades en pareja. Si bien el tiempo será menor, este no debe ser olvidado. Pueden considerar las siguientes actividades:

  • Encuentren un familiar de confianza o amigo para que cuide a su bebé y salgan a pasear, tengan una cena romántica o vean una película, etc.
  • Salgan de la rutina y sorpréndanse con viajes y escapadas.
  • Dispongan semanalmente al menos 3 horas para la intimidad como pareja. Un espacio que debe ser libre de responsabilidades, donde puedan redescubrirse entre risas e inquietudes, así como compartir sus sentimientos y temas personales.
  • Cuando el bebé se duerma compartan un rato ameno, como una cita en casa. ¡Usen la imaginación!
  • Escríbanse palabras o cartas de amor por correo o en notas, debe ser recíproco.
  • Creen un ritual después del trabajo, por ejemplo, salgan a caminar en las tardes con el bebé.
  • Establezcan rutinas saludables como, por ejemplo, no dormir sin darse un beso de buenas noches; pedir comida una vez a la semana y ver Netflix o la TV juntos.
  • Diviértanse juntos; jueguen cartas, domino, o cualquier otro juego de mesa.
  • Sean empáticos y busquen comprenderse uno al otro.

Si sienten que pusieron todos sus esfuerzos, pero las cosas no mejoraron, buscar ayuda profesional puede ser una buena alternativa. La terapia de pareja puede ayudarlos a comprender en mayor profundidad los orígenes de la insatisfacción y los conflictos en la relación, además contribuye a identificar las acciones a favor y en contra, potenciando aquellas que fortalecen a la pareja. Permite también entender la paternidad como un factor positivo, y comprender que con esfuerzo y paciencia las aspiraciones son alcanzables, pudiendo organizar sus tiempos para ser buenos padres y pareja a la vez.

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