Para tratar este tema en un principio pensé en el facilismo de escribir para aquellos jóvenes, sean profesionales o no, que pronto se insertarán en el mercado laboral. Ellos a su vez tienen toda la energía vital de querer realizarse en un espacio laboral donde su actividad tenga un sentido, pero trataré de hacer un esfuerzo y extender el presente ensayo para quienes se sientan identificados con los párrafos “personas que llevan varios años trabajando, ya sea les guste o no su actividad laboral”, ya que todos mantenemos nuestro potencial de realizarnos hasta el día que partamos de este mundo, donde la muerte marca el fin de las posibilidades en esta realidad. La decisión de crecer como personas depende de las acciones que tomamos día a día, y un punto importante es el ámbito laboral.
Para tratar este tema en un principio pensé en el facilismo de escribir para aquellos jóvenes, sean profesionales o no, que pronto se insertarán en el mercado laboral. Ellos a su vez tienen toda la energía vital de querer realizarse en un espacio laboral donde su actividad tenga un sentido, pero trataré de hacer un esfuerzo y extender el presente ensayo para quienes se sientan identificados con los párrafos “personas que llevan varios años trabajando, ya sea les guste o no su actividad laboral”, ya que todos mantenemos nuestro potencial de realizarnos hasta el día que partamos de este mundo, donde la muerte marca el fin de las posibilidades en esta realidad. La decisión de crecer como personas depende de las acciones que tomamos día a día, y un punto importante es el ámbito laboral.
“El trabajo dignifica…”
Recuerdo haber escuchado muchas veces la hermosa frase “El trabajo dignifica”, por tal motivo todos debemos ejercer actividades laborales, no obstante, no siempre el trabajo no haces sentir valiosos, o mejor dicho, dignos.
La palabra dignidad hace referencia al valor inherente a ser persona (por nuestra racionalidad, con el don de la libertad con capacidad de decisión que lleva al desarrollo del ser). Pero, muchas veces por la premura de obtener dinero como medio de alcanzar la felicidad o estabilidad, dejamos nuestra integridad y nos sometemos al conformismo de la rutina perdiendo nuestro brillo existencial. Análogamente sería como la historia del polluelo de halcón que en su necesidad de aprender rápido a volar como sus padres, aprende a pilotear un pequeño avión y cree que ya es feliz porque vuela, aunque dejando su esencia de halcón. Al final toda la potencialidad de vuelo de sus alas se desperdician, y el animalito no está preparado para despegar si no tiene la maquinaria lista. Imagínense si pasa un desperfecto en vuelo y no tuviera paracaídas, y tan solo ese par de alas torpes y desperdiciadas.
Cuestionamientos importantes.
Para darle sentido al esfuerzo que dedicamos a trabajar, porque hasta el trabajo más gratificante requiere de esfuerzo, tomando, por ejemplo, la pasión y esfuerzo de Mark Zuckerberg para llevar a Facebook a lo que es hoy en día. Debemos preguntarnos algo que nos puede generar mayor o menor angustia según el grado de profundidad que llegue nuestra reflexión: ¿Por qué trabajo?. Este cuestionamiento puede dar tantas respuestas como gotas brinda la lluvia, pero todavía queda una pregunta generada por la elaboración anterior y más importante aún…
¿Qué sentido tiene trabajar?
Todas las respuestas son válidas, siempre y cuando se haga un esfuerzo de ser sinceros con nosotros mismos. Especialmente válido es cuando nos damos cuenta que esta respuesta nos indica que es parte de nuestro desarrollo personal o indicador de nuestras frustraciones presentes. Pero, ¿qué hay de quien no le encuentra sentido a su respuesta y más bien encuentra un gran absurdo al hecho de trabajar? Pues bien, hasta aquí ya se hizo lo más valiente y complicado a la vez, acercarme al problema.
Decidir…
Ante esta circunstancia, se reduce nuestra respuesta a dos posibles caminos: Actuar o no actuar, o como menciona Shakespeare en su obra Hamlet Ser o no ser, esa es la cuestión. La acción es el único camino eficaz para encontrar nuevos sentidos al hecho de trabajar.
Pero, la acción está muchas veces limitada a los miedos, como mencioné en mi anterior ensayo “La zona de confort” pero quien vive para sus miedos vive para la nada, el vacío o el sin sentido. En esos casos, tengamos cuidado de precipitarnos en acciones impulsivas que nos lleven a sentimos confundidos.
Reflexión final
Tratemos poco a poco de darle un impulso diario a nuestra vida para poder establecer los cambios para darle ese sentido al trabajo, para así sentirnos plenos en esta actividad a la que nos dedicamos muchas horas al día, ya que el sentido del trabajo se encuentra a través de acciones.
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