La apatía, la indiferencia, o por otro lado, las emociones exaltadas y el estado de ánimo cambiante, son elementos que caracterizan el estado emocional en la adolescencia, cosa que agarra a muchos padres desprevenidos, pensando que sus hijos tienen una “mala actitud”, que se ponen “rebeldes” o que de alguna manera “exageran con sus emociones”.

Sin embargo, es importante atender que este estado emocional va más allá de todas esas cosas, por lo que preparamos un artículo para explicarte mejor cómo comprender las emociones en esta etapa.

¿Qué se encuentra detrás de los cambios emocionales en la adolescencia?

Es importante entender que los adolescentes se enfrentan a numerosos cambios que les impactan en todas sus esferas vitales, a nivel físico, cognitivo, emocional y social. Entre esos cambios o retos en la adolescencia se encuentran:

  • Cambios físicos en el que su cuerpo se va convirtiendo progresivamente en el cuerpo adulto. Así mismo, los cambios hormonales que subyacen a estos cambios físicos están directamente asociados a alteraciones en las emociones. De aquí se pueden despertar angustias por el crecimiento o conflictos con la imagen corporal y autoestima.
  • Su nivel de pensamiento cambia, se desarrolla más la capacidad para la abstracción y logran comprender o darse cuenta de cosas que antes no se percataban. Esta nueva visión del mundo puede resultar tanto alentadora como decepcionante. Justo a esto se dan cuenta que sus padres no siempre tenían la razón y comienzan a establecer su propia línea de pensamiento acerca de cómo deberían ser las cosas.
  • Es la etapa de la consolidación de la identidad, definir esa manera de pensar, sentir y actuar que los va a definir como individuos de esta sociedad. En esta consolidación de su identidad y en un intento de ser más autónomos y autoafirmarse es cuando surgen las conductas de “rebeldía” y oposición hacia el adulto, conductas que es importante entender que son necesarias para alcanzar los procesos antes mencionados, no para necesariamente atormentar a los adultos.

Para leer más acerca de la consolidación de la identidad, tenemos el artículo titulado: La formación de la identidad en la adolescencia. Por otra parte, si te interesa conocer más acerca de las conductas de rebeldía, el siguiente artículo podría serte de utilidad: Rebeldía en la adolescencia 

  • El grupo de pares toma un rol principal, por lo que van a buscar apoyarse principalmente en las amistades o “enamorados”, buscar su constante aceptación y ya no tanto la de los adultos.

¿Qué podemos entender de lo anterior?

Considerando la complejidad de la experiencia adolescente, que por una parte mis hormonas me alteran, por otra me doy cuenta que el mundo no era como lo imaginaba, estoy tratando de encontrarme a mí mismo y entender quién soy y quién quiero ser, y a la par busco tratar de ser aceptado e incluirme en mi grupo de amigos o conseguir el amor, llegando a sentirme poco comprendido por muchas personas, en lo principal mis padres, ¿cómo no experimentar tantos cambios emocionales?

Los adolescentes sienten, apasionadamente, y no porque exageren, es que genuinamente así lo sienten y es importante comprenderlo como tal.

¿Qué puedo hacer entonces por mi hijo (a)?

Frente a estos cambios es importante:

Darle su espacio.

No puedes forzarlo a conversar mas si puedes indicarle que el espacio para hablar acerca de aquello que le genera malestar siempre estará abierto, por lo que puede acudir a ti cuando lo necesite. Recuerda, por la etapa en la que se encuentra, en un principio preferirá conversarlo con amigos.

Escúchalo empáticamente y sin interrumpirlo.

Al escuchar, puedes hacer preguntas abiertas para comprender mejor la situación.

No juzgues.

No le hagas sentir que la situación en la que se encuentra pudo haberse evitado o que ha sido generada por él mismo, no es lo que necesita escuchar en primera instancia.

No vayas directo a la acción.

Es decir, no aconsejes inmediatamente. Permite la expresión fluida de la emoción, si necesita llorar pues que llore, si necesita expresar su enojo o miedo pues que lo exprese. Primero valida sus emociones, hazle sentir que sus emociones tienen sentido y que pueden ser esperadas para la situación. Después de hacer esto y una vez que se calme, ahí podrías aconsejar.

Aconsejar no es imponer.

Recuerda, está en una etapa donde él o ella misma conseguirán sus propios métodos y los perfeccionarán con la práctica.

Comparte más con él y fortalece el vínculo entre padres e hijos.

Para informarte más acerca de esto puedes leer el artículo: ¿Cómo entablar una buena comunicación con mis hijos adolescentes?

A modo de conclusión:

Es importante comprender que cada etapa vital tiene sus propios retos y crisis, por lo que es necesario entenderlas en función a lo esperado para esa etapa y no necesariamente  en función a como nosotros suponemos que se debe experimentar ya que nosotros lo vivimos de una u otra forma.

Por lo tanto, si los problemas que percibe tu hijo te parecen “tontos” o “fáciles de resolver”, recuerda que tú a su edad muy probablemente también padecías problemas o retos similares y no te resultaba tan fácil. Si un adolescente siente que un cambio de colegio o el rompimiento de una relación que llevaba apenas unos meses significa el “fin del mundo”, recuerda que puede ser equivalente a lo que, para ti, siendo adulto, puede significar un cambio en el trabajo o un divorcio. El sufrimiento es subjetivo, no se puede comparar, seamos comprensivos.

Beatriz Azabache

C.Ps.P 36603

Psicóloga de Libera

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