Constantemente las personas desean cambiar sus malos hábitos, pero tienen dificultad para lograr estos objetivos. Por ejemplo, quién no ha dicho voy a levantarme temprano, pero termina despertándose tarde o voy a comer más sano, pero acaba en una comida abundante y poco sana, o quizás decide llegar más temprano al trabajo, pero por alguna razón no puede. ¿Cuál es el motivo para que esto ocurra?, ¿por qué no cambiamos nuestros hábitos? En este artículo se lo explicaremos.

Formación de hábitos:

Los hábitos que tenemos involucran una constancia de años, de mucho tiempo repitiendo un mismo patrón y que ha permitido ubicar a la persona en una zona de confort, así para poder salir de lo que consideramos no muy adecuados en nuestra vida, debemos encontrarles un sentido, ya que de lo contrario será muy complicado lograr lo que nos hemos propuesto.

Así, por ejemplo, si decidiste comer más sano el objetivo tiene que ser no sólo bajar de peso sino también tener una mejor calidad de vida, producir más, pasar más tiempo con tus hijos; o si quieres llegar más temprano al trabajo será porque no deseas que te descuenten tu sueldo o tener un poco más de tiempo libre dentro de tu propio horario y no llegar apurado.

Encontrarle un sentido al cambio:

La clave entonces es encontrarle un sentido a lo que queremos cambiar en nuestra vida. Cada vez que decidas cambiar un hábito pregúntate: ¿qué sentido tiene esto para mí? Cuando logres responderte esto, habrás dado el primer paso para cambiar tu hábito.

Luego de haber dado tu primer paso, organízate, y fíjate un horario. En el caso que hayas decidido levantarte temprano, por ejemplo, puede ser porque quieres llegar más temprano al trabajo o quieres hacer ejercicio, está bien, pero qué haces después con el tiempo libre que te sobra, si no sientes que vas a hacer algo productivo o divertido es muy seguro que termines levantándote sin ninguna motivación para cambiar. Por lo tanto, si ya sabes que vas a tener un tiempo libre por levantarte temprano puedes utilizarlo en ir al cine, visitar a un familiar que hace tiempo no ves o leer un libro. Ahí está el sentido de por qué estás tratando de cambiar este hábito.

Es ahora tu turno entonces de encontrarle un sentido a las cosas que te propones. Recuerda cuanto más lo intentes, mejores serán las posibilidades de que tu mal hábito desaparezca.

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