El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a niños y adultos, caracterizado por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. Aunque el tratamiento del TDAH puede incluir intervenciones conductuales y psicosociales, el tratamiento farmacológico es una de las opciones más efectivas, especialmente cuando los síntomas son moderados o graves.

Tipos de medicamentos para el TDAH

Existen dos tipos principales de medicamentos utilizados en el tratamiento farmacológico del TDAH:

  1. Estimulantes
  2. No estimulantes

1. Estimulantes

Los estimulantes son el tratamiento más común para el TDAH y funcionan aumentando los niveles de dopamina y norepinefrina en el cerebro, dos neurotransmisores que desempeñan un papel clave en la atención y el control de los impulsos.

Los estimulantes más comunes incluyen:

  • Metilfenidato: Se comercializa bajo nombres como Ritalin, Concerta o Metadate. Este medicamento actúa mejorando la capacidad de atención y reduciendo la hiperactividad y la impulsividad. Existen versiones de acción corta, media y larga, lo que permite ajustarse a las necesidades de cada persona.

  • Anfetaminas: Entre los medicamentos más conocidos de este grupo se encuentran Adderall y Vyvanse. Estos también ayudan a mejorar el enfoque y el control de los impulsos al incrementar la actividad de neurotransmisores clave en el cerebro.

Efectos secundarios: Los estimulantes pueden causar efectos secundarios como pérdida de apetito, insomnio, nerviosismo y aumento de la frecuencia cardíaca. En algunos casos, los pacientes pueden desarrollar tics o sentirse más irritables.

2. No estimulantes

Para aquellos que no responden bien a los estimulantes o experimentan efectos secundarios no tolerables, existen opciones no estimulantes. Estos medicamentos pueden ser menos efectivos que los estimulantes, pero ofrecen una alternativa en casos específicos.

  • Atomoxetina (Strattera): Es un inhibidor selectivo de la recaptación de norepinefrina y el primer medicamento no estimulante aprobado para el tratamiento del TDAH. Actúa de manera más lenta que los estimulantes, pero no tiene el potencial de abuso asociado a estos.

  • Guanfacina (Intuniv) y Clonidina (Kapvay): Son medicamentos que originalmente se usaban para tratar la presión arterial alta, pero también se utilizan para el TDAH. Ayudan a regular la atención y reducir la impulsividad y la hiperactividad.

Efectos secundarios: Los no estimulantes pueden causar somnolencia, fatiga, mareos y, en algunos casos, malestar estomacal.

    ¿Cómo se elige el tratamiento farmacológico adecuado?

    La elección del medicamento para el TDAH depende de varios factores, como la edad del paciente, la presencia de otras condiciones médicas, la respuesta previa a los tratamientos y la gravedad de los síntomas. El médico, generalmente un psiquiatra o un neurólogo, evaluará estas variables para determinar qué tipo de medicamento es el más adecuado.

    En algunos casos, puede ser necesario probar diferentes medicamentos o combinaciones hasta encontrar el más efectivo con el menor número de efectos secundarios.

    Monitoreo y ajuste del tratamiento

    El tratamiento farmacológico del TDAH requiere un monitoreo constante para evaluar su efectividad y cualquier posible efecto adverso. Los ajustes en la dosis o el tipo de medicamento pueden ser necesarios con el tiempo, especialmente en niños en crecimiento o en adultos cuyos síntomas cambian a lo largo de la vida.

    El tratamiento farmacológico también suele combinarse con intervenciones conductuales, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), para obtener mejores resultados a largo plazo.

    Riesgos y preocupaciones

    Uno de los temas de debate en el tratamiento del TDAH es el uso de estimulantes debido a su potencial de abuso, especialmente en adolescentes y adultos. Sin embargo, cuando se usan bajo la supervisión médica adecuada, estos medicamentos han demostrado ser seguros y efectivos para la mayoría de las personas con TDAH.

    Es importante que los pacientes sigan estrictamente las indicaciones del médico y asistan a controles regulares para ajustar la medicación cuando sea necesario.

    Conclusión

    El tratamiento farmacológico del TDAH es una opción altamente efectiva que permite a muchas personas manejar los síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad de manera significativa. Aunque los estimulantes son la primera línea de tratamiento, los no estimulantes también juegan un papel importante en aquellos que no toleran bien los primeros. Como en todo tratamiento a largo plazo, el monitoreo constante y la personalización del enfoque son esenciales para asegurar que cada paciente reciba el tratamiento más adecuado para su situación.

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