Por lo general, las películas han proyectado una idea de matrimonio muy alentadora, en donde los momentos felices y pasionales abundan o en donde la sincronía y el cariño son inagotables. Esto, evidentemente, constituye un ideal para todos aquellos que deciden construir una relación de pareja que se dirija a un matrimonio. Sin embargo, vale la pena precisar que la vida no necesariamente es tal cual la película proyecta, precisamente porque no es una ficción, sino que es real.
Tampoco es cierto que la realidad sea de temer, pero sí vale la pena mirar objetivos en la relación más terrenales, de modo que no creemos expectativas, que de no cumplirse, generen angustia y frustración.
Tener una relación, o –mejor dicho- construir una, implica que ambas partes combinen recursos, habilidades, destrezas, personalidades, modos de pensar, mecanismos intrapsíquicos, y un largo etcétera. Esa combinación no siempre será como dos piezas de rompecabezas que encajan perfectamente, a veces habrán momentos en donde precisamente no se encaje, y más bien la tarea consista en aprender a ceder, comprender, tolerar y aceptar. Construir una relación no implica tener un objetivo y trazar una línea recta hacia él; todo lo contrario, muchas veces esa línea tiende a ser más ‘garabatosa’, desordenada e irregular; lo cual constituyen pilares importantes de la relación: retos, desafíos, decisiones. Ver los ‘baches’ o ‘traspies’ de una relación como algo negativo, nos conduce a frustrarnos cada vez que lleguen (que no serán pocas), cuando si quizá le diéramos una connotación aleccionadora las emociones que experimentemos sean más cómodas.
De otro lado, lo cierto es que no existe algo como ‘esto definitivamente constituye ser la primera crisis en un matrimonio’, aunque sí existen aspectos a mirar que podrían acumularse y reventar en una primera crisis.
Y vale la pena hacerse estas preguntas antes de tomar una decisión como casarse: ¿cómo se encuentra mi relación ahora?, ¿cómo me siento yo con él/ella?, ¿cuáles son las cosas que me han venido molestando durante la etapa de enamoramiento? ¿las hemos trabajado juntos?, ¿me siento libre de comunicar todo lo que siento y pienso con esa persona?, ¿Me siento sostenido/a por él/ella cuando lo necesito?, ¿El tiempo que pasamos juntos es grato?, ¿confío y creo en su esencia de persona?, ¿está dispuesto/a a trabajar en la relación?, ¿me siento capaz de regular mis propios impulsos y comunicarlos de manera asertiva para no lastimar al otro/a? … y así sucesivamente.
Es válido dar una mirada a la mayoría de aspectos que se pueda, no tanto para tenerlos todos “listos” antes de la boda, ya que eso es nuevamente caer en la falacia de la perfección; sino para saber con qué recursos emocionales y cuál es el camino que tienen que transitar juntos. Darse un espacio para reparar, para escuchar, para procesar y metabolizar todas estas preguntas.
¿Qué hacer si sucede una crisis matrimonial?
Como siempre, no hay receta exacta a esta pregunta, pero quizá sí es importante señalar lo fundamental.
- Respetar que cada uno tiene sus tiempos para resolver. Entender que no siempre es todo al ritmo que uno quiera es fundamental
- Una vez que ambos se sientan listos para conversar, reúnanse a hablar de lo que sintieron y de lo que se han dado cuenta en el momento que estuvieron reflexionando
- Propongan un compromiso personal y traten de caminar hacia su cumplimiento
- Luego de eso, denle un espacio al otro para que haga lo mismo, y así evitan juzgar o dar órdenes o presionar.
«Tener una relación, o –mejor dicho- construir una, implica que ambas partes combinen recursos, habilidades, destrezas, personalidades, modos de pensar, mecanismos intrapsíquicos, y un largo etcétera.»
Lo fundamental es ‘darse cuenta’ de cuál es SU participación en el conflicto, para que puedan hacerse responsables de él. Solemos mirar el defecto del otro con gran facilidad, pero hacerlo con uno mismo es a veces la tarea más difícil. Por eso, iniciar hablando de nuestra propia responsabilidad en la discusión, es quizá una tarea de humildad y sencillez que vale la pena realizar.
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