La infidelidad en las parejas suele ser una de las causas más comunes de separación. Ya sea un matrimonio o un noviazgo, la infidelidad representa el quiebre de una de las bases más importantes dentro de una relación sentimental: la confianza. La pareja como signo de apoyo, confianza y compañía pasa a tornarse una figura llena de reclamos, cólera y tristeza, por lo que muchas personas admiten no poder continuar tras experimentar una infidelidad.
Existen diferentes maneras en las que nuestra mente responde a este tipo de situaciones y cada persona, siendo única, responderá de manera particular. Por ejemplo, se ha observado que mujeres y hombres pueden presentar distintas respuestas emocionales ante una infidelidad: las mujeres suelen sentir impotencia y depresión, mientras que los hombres tienden a experimentar más ira y agresividad. En todo caso, es importante prestar atención a cada una de las emociones que influyen en nuestro bienestar psicológico.
Tristeza/Depresión
La noticia de una infidelidad puede ser muy dura y difícil de aceptar. La decepción y desilusión de ser traicionado por la persona que se eligió para compartir la vida puede ser dolorosa y complicada, por lo que es comprensible que la tristeza sea una de las primeras emociones que se presentan. Sin embargo, la constante idea de traición y lo profunda que pueda llegar a ser la herida puede intensificar la tristeza, desarrollando un cuadro depresivo, por lo que es importante acudir a un espacio psicológico en dichos casos.
Cólera e ira
Al igual que la tristeza, la cólera o ira también es una de las primeras emociones que responden a la infidelidad, ya que la traición y sensación de injusticia que se está viviendo exige una explicación y un reclamo, generando un brote de emociones que suele expresarse en gritos o incluso golpes debido a la rabia e impotencia por lo sucedido.
Inseguridad y baja autoestima
La búsqueda interminable de entender el porqué de la traición puede generar una serie de pensamientos rumiantes y hasta obsesivos que nos llevan a observar errores cometidos en la relación como intento de explicar lo sucedido. Esto solo logra un aumento de sentimiento de culpa que puede expresarse en ideas como “no di lo suficiente”, “no fui suficientemente bueno/a, cariñoso/a, detallista, etc.”, “debí prestar más atención a sus necesidades”, entre otros reclamos hacia uno mismo que solo hacen más daño.
Estas ideas se basan en la idea central de que alguien fue mejor que yo como para que mi pareja la prefiera antes que a mí, una comparación que genera sensaciones de que nos falta algo, que no somos buenos o que somos menos que el resto. Así, la inseguridad y baja autoestima se forman, creando una serie de ideas falsas sobre no ser lo suficientemente buenos para algo o alguien, saliendo incluso del ámbito sentimental (no ser bueno en el trabajo, no merecer cariño, etc.)
Desconfianza y ansiedad
Ya sea porque la persona que ha sido engañada decide volver con la pareja que fue infiel o iniciar una nueva relación, la experiencia de haber sido traicionado genera una fuerte sensación de desconfianza. Se va formando una fuerte duda sobre lo que la pareja hace, dice, piensa y actúa -o no, llevando a cuestionamientos sobre si es una conducta normal o si hay algo detrás que esconde otra posible infidelidad. A su vez, esto puede generar que la persona víctima de infidelidad cierre sus emociones y prefiera no abrirse nuevamente con la finalidad de no salir lastimada nuevamente. Este mecanismo de defensa solo logra que la desconfianza aumenta y no haya una satisfacción con la relación.
Así mismo, la constante idea de ser traicionado de nuevo y las ideas que lo acompañan pueden generar síntomas ansiosos, como inestabilidad emocional, irritabilidad o tensión. Cada uno de estos síntomas pueden ser perjudicial para el bienestar emocional.
Como se evidencia, cada uno de estos síntomas explica la inestabilidad emocional que responde a la infidelidad que nunca es sencilla de afrontar, pero es posible con los recursos apropiados. Es por esto que es importante que cada persona pueda respetar su propio proceso de superación ante una experiencia tan difícil infidelidad. De volverse algo muy complicado y/o doloroso, es recomendable acudir a espacios donde se puedan desarrollar herramientas que complementen nuestro bienestar psicológico, como espacios de terapia.
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