Durante la adolescencia, algunos jóvenes pasan por una fase de rebeldía y actitud desafiante, mientras que otros parecen quedar sumidos en una apatía y un hastío persistentes. Convirtiéndose en una de las mayores inquietudes de los padres en la actualidad. Les preocupa la falta de voluntad con que sus hijos adolescentes encaran las responsabilidades propias de su etapa formativa, y más aún el no saber qué hacer para ayudarlos ante la apatía y el desgano que convierte a los jóvenes en seres indiferentes y faltos de motivación para responder al esfuerzo cotidiano.

¿Qué es la apatía y el desgano?

La apatía y el desgano son una forma de insensibilidad, indiferencia o abandono ante las circunstancias de la vida, incluso ante la vida misma, por falta de motivación o interés en cambiar algo. Si la apatía está presente de alguna manera existe una inconformidad en el adolescente. Sabe que algo no está funcionando bien, pero no tiene la fuerza o la voluntad para siquiera intentar cambiar algo.

Los procesos de búsqueda de la propia identidad en la adolescencia suelen ir acompañados de un sentimiento de angustia y desmotivación. Es una etapa crítica en la que las seguridades de la infancia desaparecen: aprender a tolerar las frustraciones y los fracasos no es fácil y puede llevar al adolescente a refugiarse en sí mismo, a adoptar actitudes apáticas o cínicas frente al mundo que le rodea.

¿Qué podemos hacer?

Involucrarnos más en sus “juegos” de niños

Siempre con paciencia y cariño, porque ahí pueden encontrar el camino hacia su propósito de vida. Pedirles que nos expliquen en qué consisten y explicarles que nadie los juzga por sus gustos, pero también hacerles ver que deben distribuir su tiempo y realizar otras actividades.

Estimular las actividades que hace

Buscar juntos nuevas estrategias para desarrollar y mejorar o hacer más eficientemente esa actividad. Así de a poco, aparecerá la pasión y tal vez la vocación, ya sea porque le encante lo que hace, o porque se harte de eso y busque otros horizontes. Debemos escucharlo cuando nos hable de algo que le interesa o le preocupa

Los adolescentes miran y observan lo que hacemos y con eso van moldeando su futura forma de ser

Si quieres ponerte como ejemplo, que sea de obra y no de palabra: está demostrado que los hijos adolescentes respetan e imitan a los padres que hacen lo que tienen que hacer (en el trabajo, en casa, en el tiempo libre…) y que cumplen sus promesas (castigos y premios, límites y libertades), no a los que sermonean y dan órdenes sin practicar lo que predican. Si no te ve nunca coger un periódico o un libro, no te tomará en serio cuando pretendas que lea.

Respetemos sus opciones personales

Al tiempo que le mostramos la cantidad de alternativas que tiene para elegir –de ocio, de participación ciudadana, de formación…–, le haremos más fácil el camino para que se abra al mundo. Podemos ponerle en contacto, según sus intereses, con asociaciones culturales, programas de cooperación y solidaridad para jóvenes, foros de nuevas tecnologías, etc.

Conclusiones

Recuerda que cierta dosis de abulia es inevitable, pero cuando ésta se convierte en una desgana absoluta sí puede ser la señal de alarma que delate el principio de una depresión: si tu hijo no estudia ni trabaja ni se relaciona, no dejes que las cosas vayan demasiado lejos y pide ayuda profesional.

A continuación, te presentamos un video donde obtendrás más información acerca de este importante tema.

Nuestros últimos artículos de psicología:

Abrir chat
1
Hola, gracias por comunicarte con Libera😀
¿En qué podemos ayudarte?