Repercusiones en la vida adulta de la crianza con pocas o nulas expresiones de afecto

La forma en que fuimos criados influye profundamente en nuestra manera de relacionarnos, percibirnos y afrontar la vida adulta. Una crianza marcada por la ausencia de expresiones de afecto puede dejar huellas emocionales que persisten incluso décadas después. En este artículo exploraremos cómo impacta la falta de cariño durante la infancia y de qué manera la psicoterapia puede ayudar a sanar esas heridas emocionales.

¿Qué significa crecer con pocas expresiones de afecto?

Crecer con pocas o nulas muestras de afecto no necesariamente implica maltrato o negligencia extrema. A menudo, se trata de un estilo de crianza distante, en el que los abrazos, palabras amorosas o muestras de validación emocional son escasas o inexistentes. Esta ausencia puede deberse a patrones culturales, creencias familiares, o a padres que a su vez fueron criados de forma similar y no aprendieron a expresar cariño.

Señales en la vida adulta de una infancia emocionalmente distante

Las personas que crecieron sin suficiente afecto suelen manifestar ciertas características o dificultades en su etapa adulta, entre ellas:

• Dificultades para establecer vínculos afectivos sanos: Pueden tener miedo a la intimidad o generar relaciones dependientes o distantes.

• Baja autoestima: La falta de validación emocional puede hacer que se sientan poco valiosos o no merecedores de amor.

• Inseguridad emocional: Les cuesta confiar en los demás o sentirse seguros en sus relaciones personales y profesionales.

• Represión emocional: Tienen dificultades para identificar, expresar o manejar sus propias emociones.

• Sensación de vacío o soledad constante: A pesar de estar acompañados, pueden sentir una desconexión interna difícil de explicar.

Impacto en la salud mental y emocional

La ausencia de afecto durante la infancia puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos como ansiedad, depresión, trastornos de apego, o incluso patrones de autosabotaje. Muchas personas no logran asociar sus malestares actuales con las carencias emocionales de su infancia, lo que puede retrasar la búsqueda de ayuda o comprensión.