Muchos de mis pacientes, sobretodo los que se encuentra en el programa de enfermedades médicas, se encuentran en la búsqueda de mejorar su nutrición a través de los alimentos orgánicos. A continuación, explicaré sobre éstos alimentos que cada vez se encuentran con mayor facilidad en los mercados, bioferias, tiendas de productos naturales, entre otros.

¿Qué son los alimentos orgánicos?

Se denominan alimentos orgánicos a aquellos que han sido cultivados sin el uso de agentes químicos como fertilizantes, insecticidas, plaguicidas, hormonas, etc. Estos alimentos podrían resultar más nutritivos que otros, en los que se han aplicado soluciones químicas para prevenir plagas o asegurar un mayor rendimiento, puesto que concentran un mayor porcentaje de vitaminas, minerales y antioxidantes al darle el tiempo suficiente de crecimiento y maduración con cuidados y abonos naturales

¿Logran mejorar el estado de salud?

Diversos estudios demuestran que los alimentos orgánicos están muy relacionados con la prevención de enfermedades metabólicas al reducir el envejecimiento celular temprano  y prevenir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, hasta incluso, el cáncer.

¿Contienen un valor nutricional extra?

Diferentes estudios revelan que las frutas y verduras orgánicas contienen hasta un 40% más de antioxidantes que otros cultivos no orgánicos, por lo cual, una vez más, refuerzan la postura que benefician en la reducción de formación de radicales libres, sustancias perjudiciales para el mantenimiento óptimo de la salud. Asimismo, al consumir este tipo de alimento es equivalente a tomar una porción extra de frutas y verduras al día, por la alta concentración de vitaminas, minerales y fitoquímicos.

Tip extra

Finalmente, te recomiendo ir adicionando los alimentos orgánicos en la dieta de toda la familia, de ésta manera podrán disfrutar de todos sus grandes beneficios. Si bien es cierto, su costo es más elevado, a diferencia de su versión tradicional, te sugiero que des preferencia en adquirir aquellos alimentos que se ingieren directamente con toda la parte externa (cáscara) como las manzanas, tomate, lechuga, espinaca, fresas, frutos rojos, pera, duraznos, puesto que en ésta zona se concentran los agentes químicos que no deseamos consumir y, por más que lo laves varias veces, no se eliminan al 100%.

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